Orlando Ortega logró la plata en la carrera de 110 metros vallas gracias a un tiempo de 13:17, que solo fue superado por el 13:05 del jamaicano Omar McLeod. No obstante, la carrera no fue perfecta para el atleta de origen cubano, ya que se tomó la salida con mucha calma, puesto que quería evitar a toda costa una descalificación.
El francés Dimitri Bacou completó el podio, mientras que el estadounidense Ronnie Ash se tiró en plancha en la llegada, pero no pudo evitar la última posición. Ortega fue de menos a más en la carrera, a los 50 metros se encontraba entre los últimos clasificados, pero en los últimos metros sacó toda su potencia para llegar a la segunda posición, aunque muy lejos de McLeod. El atleta español rompió a llorar en la celebración, mientras se abrazaba a su padre envuelto en la bandera española y agradeció al país el trato recibido durante los últimos tres años.
El jamaicano era el gran favorito, por las sensaciones que había dejado en los días previos, pero Ortega hizo una carrera según el guion esperado, ya que es un especialista en los últimos metros. En cualquier caso, esta medalla sirve para acabar con la sequía de medallas que arrastraba el atletismo español desde 2004. No obstante, los oros de Fermin Cacho en 1.500 y de Daniel Plaza en 20 kilómetros marcha en Barcelona 92 todavía son los únicos de España en la historia de los Juegos, aunque Ruth Beitia puede conseguir que eso cambie dentro de unos días.
Orlando Ortega llegó a la final tras conseguir una marca idéntica en las series y en las semifinales. En ambas paró el crono en 13:32, lo que le sirvió para imponerse en ambas carreras. Sin embargo, en ninguna de las fases corrió en la carrera más rápida, puesto que fue cuarto en el global de las series y quinto en el de las semifinales.
El jamaicano Omar McLeod fue el más rápido en las dos, mientras que el francés Dimitri Bascou también superó, tanto en las series como en las semifinales a Orlando. El estadounidense Ronnie Ash corrió en la misma semifinal que el español, pero se dejó ir mucho al final. No obstante, hay que recordar que esta es una de las pruebas más igualadas del atletismo mundial, ya que la distancia entre el mejor y el peor de los finalistas fue de solo dos décimas y media.
Su participación estuvo en el aire hasta el último momento
Orlando Ortega llegó a España en 2013, después de que aprovechará su participación en el Mundial de Moscú para huir de Cuba. Entrena en Onteniente y se encuentra completamente adaptado a la vida en España, aunque en un primer momento varios vallistas se quejaron de su acogida en el equipo español.
Quedó sexto en Londres 2012, pero en este último ciclo llegó a marcar un 12:94 que le hacía colocarse entre los grandes favoritos al oro. No obstante, su participación en Río 2016 estuvo en dudas hasta el último momento, puesto que la normativas de la Federación Internacional de Atletismo y del COI resultaban contradictorias a la hora de interpretar el caso de su nacionalización. La primera organización determina que deben pasar tres años desde que un atleta obtuvo el permiso de residencia en un país para poder competir con sus colores, mientras que el segundo considera que basta con que en tres años no se haya competido con el país anterior. Orlando obtuvo la nacionalidad en 2015, pero vivía en España desde antes y finalmente en pleno mes de agosto los organismos internacionales decidieron dar luz verde a su participación.
De esta forma, Orlando Ortega coge el relevo de Joan Lino (también de origen cubano), el último atleta español en conseguir medalla, aunque en aquel caso fue un bronce en salto de longitud. Se rompe una sequía que duraba desde Atenas 2004. Paquillo Fernández también logró la plata en esos Juegos y después Manolo Martínez también se colgó el bronce debido a la sanción por dopaje que sufrió uno de los competidores que le precedía.
Felipe Poza