“No es oro todo lo que reluce”, dicta el refrán. Novak Djokovic es el último ejemplo. La felicidad que puede transmitir el indiscutible número uno no es real, y así lo ha hecho saber el serbio. Una situación que atravesó otro ilustre como Andre Agassi, aunque en su caso de una manera más acentuada y desde la juventud. Las sensaciones amargas del tenista de Belgrado aparecieron después de que conquistara Roland Garros, el único Grand Slam que faltaba por añadir a sus vitrinas.
“De alguna manera, he perdido la frescura y la tranquilidad mental por el camino después de París”, ha relatado el serbio en una entrevista concedida a Sky Sports y recogida por Puntodebreak. El número uno del mundo, en cambio, está ansioso por retomar esas sensaciones necesarias para “volver a disfrutar del deporte y de estar en una pista de tenis”.
Desde que alzó la Copa de Mosqueteros ha atravesado su momento más delicado, con dos tempraneras derrotas en Wimbledon y en los Juegos Olímpicos. Río de Janeiro se erigía como otra de las citas punteras para el serbio, pero Del Potro se interpuso en su camino. En el US Open, el de Belgrado se vio beneficiado por la retirada de hasta tres oponentes. En la final, cedió ante una de sus bestias negras: Stanislas Wawrinka.
Dos lesiones, una de ellas en su muñeca izquierda, han contribuido a ese bajón que ha protagonizado Djokovic. Sin embargo, la final en Nueva York le ha levantado los ánimos: “La final del US Open fue genial, considerando las circunstancias que tenía antes. Ha sido un periodo de tiempo muy turbulento”. El número uno, no obstante, valora de forma positiva una campaña en la que sólo suma siete derrotas. “Ha sido otra gran temporada y aún no se ha terminado”, ha explicado el serbio.
Antes de la Copa de Maestros, Djokovic afronta un calendario complicado en el que defiende título en cada evento. En diez días arrancará Pekín, donde jamás ha cosechado una derrota y suma un balance de 31-0. Después llegará el Masters 1000 de Sanghái, y a finales de octubre, si el cansancio no ha hecho mella, afrontará el Masters 1000 de París-Bercy. El reto, el de siempre, revalidar sus conquistas. Ganas no le faltan: “Estoy deseando llegar a la gira asiática y poder volver a competir, y ojalá, sin lesiones”.
Alberto Puente