Según ha informado la inteligencia británica, Chamsulvara Chamsulvaraev ha fallecido esta semana tras un bombardeo aéreo sobre la ciudad de Mosul. Así ha terminado la historia del deportista ruso, nacionalizado en Azerbaiyán, que en 2014 decidió abandonar la competición tras un cúmulo de éxitos en la lucha libre, para servir al Estado Islámico, con la misión de reclutar niñas para hacerlas estallar en ataques suicidas.
Chamsulvaraev nació en 1984, en la antigua Unión Soviética. A los veinte años se nacionalizó en Azerbaiyán, país al que ha representado en numerosos eventos deportivos dentro de la disciplina de lucha libre. Ahí se hizo un nombre, tras obtener el bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, en la categoría de 74 kilos. Aunque su resultado más exitoso lo cosechó en los Europeos de 2009, cuando se alzó con la medalla de oro, una de los muchos metales que se ha colgado.
Sin embargo, su trayectoria profesional quedó relegada a un segundo plano, cuando el 2014 abandonó la competición para unirse al Estado Islámico, en uno de los muchos procesos de captación que ha realizado el grupo yihadista en europa. Chamsulvaraev tenía como principales tareas reclutar niñas para hacerlas estallar en ataques suicidas, y abrir fuego contra cualquier persona que fuera contrario a los ideales del ISIS.
Esta semana, según ha informado la inteligencia británica, Chamsulvaraev ha fallecido a causa de un bombardeo aéreo en la ciudad de Mosul, por parte de la coalición que combate contra el Estado Islámico. Así ha concluido la vida de un exitoso deportista, que cambió la lucha libre por las armas, para ponerse al servicio del grupo yihadista.
Alberto Puente