Nazi Paikidze-Barnes, actual campeona de ajedrez de Estados Unidos, ha declarado que no acudirá a la próxima cita mundial que se celebrará en Teherán, si se mantiene la obligación de taparse el cabello con el pañuelo islámico: “No llevaré hiyab ni apoyaré la opresión de las mujeres, incluso si supone perderme una de las competiciones más importantes de mi carrera”.
Tal ha sido el enfado de la joven de veintitrés años, que ha creado una campaña para intentar acabar con esa norma. Su maniobra ha llamado la atención de muchos allegados al deporte, y en concreto al ajedrez, que se han sumado a la iniciativa. El más reconocido es Gari Kaspárov, que se convirtió en 1985 en el campeón del mundo más joven de la historia, y repitió el triunfo hasta el año 2000. Actualmente el ruso es un activista a favor de los derechos humanos.
Paikidze-Barnes ha utilizado la famosa plataforma ‘Change.org’ para solicitar la firma y el apoyo de diferentes personas. Hasta la fecha, casi diez mil personas han apoyado la campaña, que luce bajo el lema ‘Defend Womens Rigths’. La propia estadounidense, de origen georgiano, se ha encargado de difundir su mensaje a través de las redes sociales.
En la campaña se “exige” que la Federación Mundial de Ajedrez “reconsidere su decisión” de celebrar el Campeonato Mundial Femenino en Irán. “La organización rechaza el trato discriminatorio por motivos nacionales, políticos, raciales, sociales o religiosas, o por razón de sexo. Sin embargo, al adjudicar a Irán como sede, se rompe esa promesa”, incluye la campaña en su escrito.
Paikidze-Barnes detalla los problemas que existen en Irán: “Restricciones en la vestimenta de las jugadora, en las declaraciones de las participantes”, y el riesgo para aquellas que provengan de Estados Unidos, Canadá o Reino Unido, países que han sido advertidos y que no recomiendan el viaje a sus jugadoras.
Como solución, la campaña propone “cambiar el lugar o posponer la competición hasta acoger el campeonato en un sitio sin conflicto”, o que “llevar el hiyab sea opcional” y que no se produzca ninguna discriminación basada en el género, nacionalidad o cualquier otro derecho humano. Paikidze ha incidido en que los problemas trascienden el mundo del ajedrez, y que se trata “de una lucha por los derechos de la mujer”, y ha instado a firmar la petición «para hacer un cambio real y positivo en el mundo».
Alberto Puente