lunes, septiembre 23, 2024
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El paratriatleta Candón se queda a sólo diez kilómetros de cumplir su sueño

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No pudo ser. El sueño de convertirse en el primer paratriatleta campeón del mundo estuvo sólo a diez kilómetros. José Manuel Candón y su compañero y guía el sargento Nicolás Arellano, militar en activo de Infantería de Marina, lucharon contra viento y marea, pero unas pésimas condiciones meteorológicas y unas estrictos requisitos de carrera dejaron sin sueño a la pareja española.

A pesar del resultado, Candón afirma estar «contento» por haber competido de igual a igual con triatletas sin ninguna discapacidad física. La prueba celebrada en Hawái el pasado 23 de octubre constaba de un kilómetro y medio a nado, 40 kilómetros en bicicleta tándem y diez kilómetros de carrera a pie en un entorno de selva. Fue precisamente este último tramo el que no pudieron completar por llegar diez minutos tarde al punto de control. «Es una pena. Nos hemos quedado muy cerca de nuestro de sueño», declara Candón.

Desde un primer momento, la prueba del Campeonato del Mundo presentó su dureza a los participantes. Los triatletas tuvieron que lidiar con un mar bravío y un fuerte viento en el primer tramo de la carrera, en el que había que superar un kilómetro y medio a nado. «Había olas de 20 metros y era muy difícil atravesar la rompiente y no ser devuelto a la orilla por una ola. Hubo triatletas sin discapacidad que ni siquiera pudieron comenzar la prueba y tuvieron que abandonar porque no eran capaces de atravesar la corriente», explica Candón.

A pesar de las adversidades, el ex militar y su guía consiguieron completar la distancia en un tiempo cercano a los 56 minutos. En Alemania, cuando se proclamaron campeones de Europa, recorrieron los mismos kilómetros en poco más de 33 minutos. «Yo y Nico salimos del agua mareados y vomitando… Hubo momentos en el que parecía que estábamos dentro de una lavadora. Incluso hay gente que tuvo que ser auxiliada por las canoas de la organización», explica Candón.

Con el tándem al hombro

Después de un breve respiro para recuperar el aliento, la pareja de triatletas españoles se dirigió al primer punto de control, donde debían coger su tándem y completar 40 kilómetros. Pero una vez más las condiciones meteorológicas volvieron a condicionar el desarrollo de la prueba. Además, debido a las estrecheces del presupuesto, Candón no pudo conseguir el tándem Zion MPSX con ruedas de 27,5 pulgadas, que hubiera facilitado mucho la ardua tarea de atravesar una selva «muy traicionera».

«El primer tercio de la carrera en tándem fue una pesadilla. De hecho, tuvimos que cargar el vehículo al hombro e ir a pie porque era imposible rodar por esos terrenos del lodo y fango», afirma el ex militar. La imagen recuerda a la de Froome en el último Tour de Francia, cuando el británico escaló el puerto Mont Ventoux con su maltrecha bicicleta al hombro. «Ni siquiera es comparable a esa situación. Froome al menos podía correr, nosotros recorríamos tres kilómetros a la hora», bromea Candón. 

Al final, el excesivo tiempo empleado en el tramo a nado y sobre todo el primer tercio de la carrera en tándem hicieron que los dos triatletas españoles llegaran fuera de tiempo al segundo punto de control, donde debían de abandonar el vehículo a ruedas y comenzar una travesía de 40 kilómetros a pie. En esta prueba, el organizador no quiso hacer distinciones entre paratriatletas y triatletas y por lo tanto las condiciones y tiempos de llegada eran los mismos para todos. «Fueron sólo diez minutos los que nos separaron de nuestro sueño, pero hemos demostrado que podemos competir con cualquiera. Para nosotros es un triunfo, aunque si nos hubieran dado diez minutos más estoy seguro de que lo hubiéramos terminado porque hubiéramos tardado como mucho hora y media en recorrer 10 kilómetros, cuando otros tardaron hasta un total de tres horas», explica Candón.

Sus hazañas traspasan fronteras

De todos modos, Candón y el sargento Nicolás Arellano pueden sentirse orgullosos de su hazaña porque a pesar de no convertirse en la primera pareja en acabar la prueba en tándem, sí pueden presumir de ser la primera pareja que logra participar y por lo tanto la que más lejos ha llegado. Además, otro triunfo de esta pareja es haber logrado viajar hasta Hawái con un presupuesto ridículo y después de haber gastado gran parte de sus ahorros en competir en el Campeonato de Europa, que ganaron.

Las hazañas de Candón y Arrellano han traspasado fronteras e incluso una publicación americana les ha dedicado un amplio reportaje titulado «El teniente Candón, un héroe que va a donde nadie había imaginado». El texto recoge la heroicidad del tedax y su guía y hace un recorrido por la todavía corta, pero intensa, carrera deportiva del paratriatleta.

Pero esto no es el final, sino un punto y seguido. Este par de 'locos' ya está pensando en su próxima hazaña y no descartan recorrer distancias más grandes en futuras fechas. «Nos gustaría seguir compitiendo dentro del mundo del triatlón, aunque nos gustaría que fuese un reto completamente distinto al de este año. De todos formas, sí no encontramos un patrocinador o un músculo financiero sólido va a ser imposible llevar a cabo nada», explica Candón.  

Fuera de la competición, el tedax sigue con su proceso de recuperación del accidente que sufriera en la Academia de Ingenieros del Ejército de Hoyo de Manzanares mientras practicaba la desactivación de explosivos, antes de incorporarse a la misión de la OTAN en Líbano, en 2011: «Subiré a Madrid a comienzos de noviembre para someterme a una cirugía para extraerme metralla del accidente». Porque la lucha de este triatleta también se libra en los quirófanos, donde intenta eliminar cualquier resquicio de tan fatal accidente que acabó con la vida de cinco de sus compañeros y mermó gravemente su visión, de la que conserva apenas un 15%..

Carlos Lospitao

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