martes, noviembre 26, 2024
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La mala situación del tenis en España dispara la emigración a EEUU

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Intentar labrarse un futuro en el tenis supone un desembolso excesivo, que oscila entre 150.000 y 300.000 euros por temporada en la transición de la etapa júnior al semiprofesionalismo. Es la trágica situación que se vive en los Futures, donde el 90% de los jugadores se ven obligados a renunciar a la competición. La solución más factible en la actualidad es acudir becado a Estados Unidos, donde además de proseguir de forma gratuita con sus estudios pueden defender a su universidad en la disciplina tenística.

Resulta complicado entender cómo en un deporte individual, el campeón de un evento puede acusar gastos. Al igual que sucede en el motor, ya sea en el karting o en el motociclismo, en el tenis se da esta paradoja en la transición de la etapa junior al semiprofesionalismo. Es ahí donde un alto porcentaje de los tenistas (90%) abandonan su deporte predilecto ante la imposibilidad de competir sin perder una importante cantidad de dinero.

Este problema se produce en un periplo vital, en el que los jugadores más jóvenes (16-23 años) juegan los torneos denominados como Futures, la antesala de los Challenger y ATP. Más importancia cobran en la actualidad, dado que la emersión de los tenistas se ha retrasado ante la longevidad de las trayectorias de los más veteranos. Si los jugadores quieren sumar algún punto ATP deben costearse el viaje, la estancia e incluso el entrenador, algo a lo que muchos renuncian pese a que sería lo idóneo para su progresión.

El gasto a lo largo de una temporada puede oscilar entre los 150.000 y los 300.000 euros, como comenta Toni Colom, ex técnico de Rafael Nadal y gran conocedor de los entresijos modestos del tenis. Es más frecuente, por tanto, que se busquen soluciones desesperadas, como solicitar la estancia en una vivienda cercana al lugar del evento a cambio de alguna clase de tenis, o experiencias similares.

Todo esto está propiciado por unos premios ínfimos. En España abundan (90%) los Futures catalogados como ‘10.000’, en referencia a la cuantía que reparten. Una derrota prematura se salda con 104 euros, y el campeón, tras una semana de excelso trabajo, tan sólo percibe 1440 euros. Miguel Díaz, actual presidente de la Real Federación Española, busca dar un giro a la situación, aunque no es tarea sencilla.

Organizar un Future supone un gasto importante, lo que conlleva que muy pocos sean de la categoría noble (15.000 + H). En total, se necesitan unos 18.000 euros de presupuesto, de los cuales unos 2.000 provienen de la inscripción de los diferentes participantes. Luego están el canon, los árbitros… excesivos gastos que hacen necesaria la implicación de las marcas. Sin embargo, como afirma Colom, “los patrocinadores no creen en el retorno de dinero que estos torneos y jugadores les pueden reportar”.

Esta cadena propicia que los jugadores busquen otras soluciones para disfrutar de su deporte. La solución más recurrente en la actualidad es poner rumbo a Estados Unidos, donde conceden becas en numerosos casos. Así, los jugadores pueden proseguir en sus estudios de forma gratuita, y a la par defender a su universidad en los diferentes torneos de tenis. Una vía mucho más accesible, que les permite crecer y experimentar cuál es su nivel.

Una fórmula que les deja crecer con tranquilidad, y siempre con la opción de un futurible regreso a los Futures si consideran que su potencial puede permitirlo. Son ya muchos los tenistas que han apostado por emigrar a América y abandonar la competición en España, donde disfrutar del deporte a nivel profesional supone un desembolso excesivo. Esa es la situación actual de un deporte que cada año sufre una importante caída de sus licencias. 

Alberto Puente

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