El hasta ahora reputado entrenador de atletismo Miguel Ángel Millán ha sido condenado a prisión sin fianza, según ha dictado la magistrada del juzgado de instrucción número 2 de Tenerife, María Celia Blanco Redondo. Una nueva denuncia de un menor de edad se ha sumado a la que el pasado invierno realizó otro exatleta y que provocó la detención y el registro de la vivienda de Miguel Ángel, que no obstante se negó a declarar, postura similar a la que adoptó uno de los clubes donde desempeñó su cargo.
Un joven de diecinueve años aseguró el pasado invierno haber sido víctima de abusos sexuales cuando tenía entre catorce y quince primaveras, pero el caso había sido cerrado después de que dos atletas se negaran a afirmar que habían sufrido ningún abuso por parte del entrenador. En cambio, el principal afectado recurrió, el caso se reabrió y los rumores llegaron al presidente de la Federación Española de Atletismo, que todavía era José María Odriozola, y decidieron apartarle de sus funciones hace apenas dos meses.
El pasado mes de diciembre la policía detuvo a Miguel Ángel Millán y registró su vivienda. Desde entonces permanecía en libertad con cargos, para evitar así que huyera del país, debido a sus frecuentes viajes a Marruecos, donde posee una casa. La última denuncia, llevada a cabo por un menor de edad, ha propiciado que se haya dictaminado su entrada en prisión sin fianza, tras dar validez y coherencia a la investigación que estaba abierta.
Las denuncias recibidas hasta la fecha habían sido de deportistas afincados en Tenerife y Alhama de Murcia, donde Miguel Ángel desempeño su cargo hasta 1993. Casos que por tanto habían quedado prescritos, y necesitaban de una última queja como la que se ha producido para que prosperara el castigo. Durante la investigación, el club donde Millán desempeñó tareas prefirió evadir cualquier tipo de responsabilidad y afirmar que “no tenía vínculo directo ni exclusivo con el club, entrenaba libremente a
Alberto Puente