Boris Becker atraviesa un importante problema económico, pese a que a lo largo de su carrera se embolsó 25 millones de dólares sólo en premios. El que hasta este mismo año ejercía de técnico de Novak Djokovic fue declarado en bancarrota por el Tribunal Supremo de Londres, que no encontró pruebas de que el alemán pudiera hacer frente a los seis millones de euros que le reclamaba el banco Arbuthnot Lathan. Pese a que Becker hiciera público a través de sus redes sociales que haría frente a ese pago en las próximas semanas, la realidad es que la suma que se le reclama supera los 60 millones de euros según informa el diario alemán Bunte y recoge Punto de Break.
En un principio Becker tenía en mente vender la propiedad que tiene en Mallorca, pero la ascensión de la suma a pagar hace que esta operación tan sólo pueda tapar pequeños agujeros. Según informan medios alemanes, un ex-socio le reclama a Becker hasta 35 millones de euros en una demanda judicial. Estas deudas han propiciado su ruptura con Lilly Kerssenberg, que hace escasas semanas festejaba su 41 cumpleaños con el tenista. Ahora su segunda mujer le podría arrebatar un total de 20 millones de euros, entre el divorcio, las pensiones de paternidad y un apartamento.
El alemán también debería abonar remodelaciones que ha hecho en sus viviendas en los últimos meses, entre otras muchas cosas. En total, 14 acreedores reclaman su dinero, entre ellos el que fuera su abogado. La suma, que asciende a 61 millones de euros, podría acrecentarse si se demora en la devolución de los pagos. Esta situación extrema ha llevado al alemán a tomar drásticas decisiones como sacar a subasta los tres títulos que cosechó en Wimbledon. Uno de ellos, el de 1985, le convirtió en su día en el primer alemán, el más joven y el primero no cabeza de serie en triunfar en el All England Club.
Espera poder sacar en torno a un millón de euros por cada uno de sus trofeos. También pondría a la venta los coches con los que hasta hace poco se dejaba ver y, como no, joyas y otros lujos. Además, sus casas de Mallorca y Wimbledon. Momentos complicados para Becker, al que podría no alcanzarle el dinero pese a hipotecar todas sus pertenencias.
Alberto Puente