miércoles, septiembre 25, 2024
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Campeones antes y después de doparse

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Algo más de dos años años después (Roma 2015), María Sharapova volvió a reinar. Lo hizo en Taijín, ante la euforia del público asiático y después de aprovechar un asequible cuadro. Atrás quedan dieciocho meses de sanción por su positivo en Meldonium en el Abierto de Australia 2016. Mientras gran parte del circuito le da la espalda por obtener wild cards de los diferentes torneos, la rusa ha retomado su nivel competitivo. La siberiana ya se ubica entre las sesenta mejores del mundo y aspira a hacer algo grande en 2018. Campeona antes y después de ser sancionada por dopaje. Como ella, hubo otros que le sirvieron de estímulo.

Marin Cilic. El croata es el mejor ejemplo. Este lunes ha aparecido cuarto en el ranking ATP y son pocos los que recuerdan que estuvo alejado de las pistas tras dar positivo en niketamida en un control de orina que le realizaron durante el torneo de Múnich en 2013. Hasta esa fecha había añadido a sus vitrinas un total de nueve títulos. Tras la incidencia ya acumula otros ocho, entre los que se encuentran el US Open en 2014, donde tras tumbar a Federer se deshizo de Nishikori. Ahora, es uno de los jugadores más temibles.

Víctor Troicki. Hace siete años conquistó su primer título en el ATP 250 de Moscú. Tres años más tarde fue sancionado 18 meses por negarse a realizar un control antidopaje. Finalmente sólo estuvo apartado de la competición un año. A su regreso, no tuvo las facilidades de Sharapova. Se adentró en torneos Challenger y en sólo cuatro meses volvió a ubicarse en el Top 50. En enero de 2015, un año después de haber rendido cuentas, consumó su segundo trofeo profesional en Sidney, donde repetiría en 2016.

Guillermo Cañas. Cuarto finalista de Roland Garros hasta en tres ocasiones, posee en su palmarés siete títulos individuales. Seis de ellos los conquistó antes de 2005, cuando alcanzó y perdió la final de Acapulco frente a Nadal. A su buen resultado pudo haber contribuido su positivo en diurético, cuya sustancia tiene por objetivo enmascarar otras. Fue suspendido por dos años, pero supone rehacerse y alzar un título en 2007 en Costa do Sauipe (Brasil), tras derrotar en la final a todo un Juan Carlos Ferrero.

Martina Hingis. Sí, la suiza, tan alabada, también fue suspendida. Eso sí, por cocaína y no por otra sustancia que mejorara su rendimiento. Dopaje al fin y al cabo. Diez años después de conquistar el primero de sus cinco Grand Slam, en 2007, lo confesó al mundo en Wimbledon. Tras recibir dos años de parón obligatorio optó por retirarse, pero su amor por el deporte la llevó a regresar a las pistas en 2013 para disputar el dobles. Ahí volvió a exhibir su talento, con cuatro ‘majors’ en diferentes superficies. Número uno antes y después de la sanción.

Guillermo Coria. Cuando empezaba a despuntar, allá por el 2001, asentado entre los treinta mejores del mundo y con el título en Viña del Mar, fue sancionado con siete meses de inactividad tras dar positivo en nandronola en Barcelona. A su regreso, como 198 del mundo, empezó a encadenar triunfos en los Challengers hasta estar cerca de erigirse en el número uno del mundo. Alcanzó la final en Roland Garros 2004 y conquistó eventos de entidad como Hamburgo y Montecarlo.

Lo mismo sucedió con otros tenistas como Chela, que tuvieron que empezar casi desde cero su trayectoria, o Agassi, que en su autobiografía reconoció haber consumido metaanfetamina y haber contado con el beneplácito de la ATP para encubrirlo. Sharapova es sólo el último ejemplo de que las segundas oportunidades pueden ser aprovechadas. El dopaje, que en muchas otras figuras ha forzado la retirada, no ha frenado el estímulo ganador de estos tenistas.  

Alberto Puente

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