lunes, noviembre 25, 2024
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Quintana se frota las manos: ahora o nunca en 2018

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La paciencia de Movistar tiene un límite, y pese a que Nairo Quintana presume de ser el líder, el equipo español exige más a aquel joven que arrancó su legado en 2013, y que apuntó a destronar a Chris Froome y Alberto Contador. Curiosamente, este curso no tendrá como oponente al español, que se retiró tras la última Vuelta a España. Pudiera ser que tampoco estuviera el británico, que tras instaurar su hegemonía en el último lustro, ha dado positivo en salbutamol en la tercera grande de 2017, y podría ser sancionado. Sea como fuere, Quintana necesita el próximo Tour de Francia.

El colombiano deslumbró bien joven, cuando con 22 años sorprendió con un triunfo en la Critérium del Dauphine. De ahí a pelear por las grandes, tan sólo transcurrieron doce meses. Convertido en el mejor escalador del mundo, Quintana se vistió el maillot joven, el de montaña, y finalizó segundo en la general. Cuatro años después, ha sido incapaz de repetir semejante hazaña. Eso sí, por el camino ha inscrito su nombre en la historia del Giro de Italia (2013) y en la Vuelta a España (2016). Pero es el momento de apuntar más alto.

El pasado curso el colombiano y su equipo se equivocaron en la planificación. Buscaron encadenar Giro y Tour si fortuna alguna: en la ronda italiana fue superado por Dumoulin y en París se hundió fatigado y sin un compañero de altura tras el incidente de Valverde. Un año que arrancó con las expectativas muy altas, pero que acabó con Sky y Froome como claros vencedores. El británico se siente tan superior, que emulará el guión de Quintana en 2018 para hacerlo aún más difícil. Eso, si la UCI se lo permite ya que su positivo se está estudiando minuciosamente.

Hace sólo una semana Movistar presentó su nuevo equipo, que ha tenido que rehacerse en gran medida por la gran cantidad de ciclistas que han decidido partir, tras un ambiente algo convulso. El conjunto de Eusebio Unzúe ha fichado a Jaime Roson, Eduardo Sepúlveda, Rafa Valls y Mikel Landa, aparte de la novedad del equipo femenino que competirá por primera ocasión en 2018. El español de Sky es sin duda la gran atracción. Un problema y una bendición para Quintana, que lidiará con la competitividad de Landa, y que se aprovechará de su buen rendimiento.

El ciclista español acabó harto del equipo Sky, y como ya hicieron otros como Poels en el pasado, ha emigrado del equipo kazajo para ser director de orquesta en otro lugar. Sin embargo, lo más probable es que, igual que remolcó hasta el triunfo a Froome, le toque hacer lo mismo con Quintana en el próximo Tour de Francia. El colombiano dejó claro que “como líder”, le alegraba la llegada de Landa. Por tanto, al español le tocará escoger entre Giro o Vuelta, siempre acorde a lo que Valverde, el tercer ‘gallo’, desee también.

Landa es la mayor baza de Quintana para soñar con el triunfo, ya que Froome estará bien rodeado. Eso sí, un fracaso y las riendas podrían caer en manos del español de cara al futuro. El británico mostró ciertas debilidades en la última edición, y si llega tras el Giro de Italia, lo lógico sería que acusara la fatiga. El colombiano tendrá que salvar las dos contrarrelojs y atacar en la montaña. Tomar la iniciativa, siendo consciente de un lustro después tiene que culminar aquella proeza que de joven rozó. Si quiere ser un grande, 2018 es el momento idóneo. Quintana, ahora o nunca. 

Alberto Puente

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