lunes, noviembre 25, 2024
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Jon Rahm, a recoger el testigo en el Masters de Augusta

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El primer Major de la temporada presenta grandes atractivos: desde ver a un Sergio García despojado de esa pesada mochila en la que colgaba la etiqueta de “mejor jugador del mundo sin un grande”, hasta chequear en el mejor escenario posible el crecimiento de Jon Rahm, recuerden, número 3 del Ranking Mundial.Todo puede pasar en The Masters. ¿Por qué no un español de nuevo en lo más alto del podio?

Año I para Sergio García

Año I después del gran triunfo de Sergio García. Revivir las emociones de aquella madrugada del 9 al 10 de abril de 2017 se antoja difícil –¿han visto el ‘field’?– pero de ninguna forma imposible.

Y no solo por el enorme talento del jugador de Borriol, sino porque es generalizada la idea de que ya sin la losa de no haber ganado un ‘Major’ se moverá mucho mejor en esas complejas jornadas. Ese pensamiento se pone ahora a prueba.

La única certeza es que Sergio García llega en un buen momento. Ha descansado más semanas de las habituales este invierno y cuando ha jugado lo ha hecho de forma notable y con éxito. Así, inauguró el año con un autoritario triunfo en el SMBC Singapore Open+ del Asian Tour, su sexto título en este circuito.

En Augusta, obvio, la exigencia será mucho mayor, como lo ha sido desde 1999, primera edición en la que participó. Hablamos de 19 participaciones en las que, a pesar de algún que otro desencuentro con su emblemática sede, solo ha dejado de pasar el corte en cinco ocasiones.

En las catorce restantes ha hecho diez Top 40 y cuatro Top 10, el último de ellos no hace falta siquiera mencionarlo. Estos números, obvio, invitan al optimismo.

Terremoto Jon Rahm

¿Algún otro jugador levantará tanta expectación como Jon Rahm esa semana? Seguramente, Tiger Woods, que con catorce grandes en el bolsillo se lo ha ganado a pulso, más allá de sus venturas y desventuras golfísticas de los últimos años, y poco más.

El vasco es un soplo de aire fresco en la élite mundial, aun asumiendo que Dustin Johnson, Justin Thomas, Jordan Spieth o Jason Day son golfistas jóvenes con muchísima trayectoria en la élite por delante.

Jon Rahm es aire fresco no solo por talento. Lo es también por actitud, temperamento y ambición. Entre los techos que le quedan por romper, uno de ellos es hacerlo realmente bien en un ‘Major’, lo que podría llevar aparejado su asalto al número 1 del Ranking Mundial, ni más ni menos.

Conviene recordar que solo ha jugado cinco torneos de esta envergadura y que, hasta la fecha, sólo ha actuado una vez en Augusta National. Lo hizo el año pasado, firmando un deslumbrante papel de secundario de lujo en la victoria de Sergio García.

Concluyó con +3 después de una cuarta ronda que fue una locura: con un eagle increíble al 13 y un inoportuno triple bogey al 18 que le hizo perder posiciones preciosas. Si ya entonces dijo que no había ido a Augusta de visita, ahora que se ha asentado como uno de los mejores golfistas del mundo, menos aún.

Además, su reciente victoria en el CareerBuilder Challenge, la segunda en el PGA Tour, y su creciente regularidad son hechos que juegan a su favor. Muchas esperanzas puestas en él.

Rafael Cabrera-Bello, un español más en la élite

Otra baza más nada desdeñable. Rafael Cabrera-Bello, ya asentado en torno al Top 20 del Ranking Mundial, se ha ganado a pulso el cartel de aspirante a todo en una prueba de la exigencia de este Masters. No se sabe inferior a nadie y, ojo a esto, ya sabe lo que es hacerlo muy bien en Augusta.

Recuerden la edición de 2016, la de su debut en el torneo. Al tiempo que Danny Willet se enfundaba la chaqueta, el canario finalizaba bajo par en su última ronda para concluir su paso en la decimoséptima plaza, un magnífico resultado que contrasta con el corte fallado el año pasado.

Ahora el torneo le llega en un momento de gran estabilidad en el juego y de reconocimiento por parte de sus compañeros de profesión. Es jugador Ryder, ha ganado en tres ocasiones en el European Tour, cada vez juega más en el PGA Tour y ahora quiere verse un domingo con opciones de Major.

El canario ha demostrado con creces que es capaz de eso y de mucho más. Su tercera plaza en el reciente WGC México Championship puede ser el preludio de algo realmente grande.

José María Olazábal o la experiencia hecha ganador

El cuarto español en liza en la presente edición de The Masters es José María Olazábal, uno de los golfistas presentes en el torneo que mejor conoce el campo y la propia competición. Desde su debut en 1985 ha firmado ocho Top 10, dos de ellos triunfos (1994 y 1999), dos proezas que le permiten volver cada año a uno de sus recorridos fetiche.

El golfista vasco desarrolla en la actualidad su actividad a caballo entre el European Tour y el Champions Tour, donde ha compartido muchas semanas estos últimos meses con Miguel Ángel Jiménez. Sería fantástico verle el fin de semana impartiendo magisterio en un escenario como este.

Estos cuatro jugadores concentran las miradas de los aficionados españoles en vísperas de otra gran semana, la del Open de España, pero a nadie escapa que es un torneo para disfrutar también de otros nombres.

El actual jefe, Dustin Johnson; los jóvenes aspirantes Justin Thomas y Jordan Spieth –el único de estos tres golfistas que ha ganado un Masters, en 2015–; el elegante Justin Rose, que tan cerca estuvo de amargarnos el final el año pasado; el renacido Tiger Woods… son muchos y muy buenos los candidatos a vestir de verde en la madrugada de ese domingo. Pero seamos optimistas, no olviden que el año pasado Sergio García nos recordó el camino hacia la gloria.

¡Qué noche la de aquel día!

¡Sergio García sacó el puño con rabia, se puso en cuclillas y cerró los ojos. Era la 01:31 minutos hora española del 10 de abril de 2017 y Sergio García acababa de ganar el Masters de Augusta. O lo que es lo mismo, un español volvía a enfundarse la chaqueta verde 18 años después de que lo hiciese José María Olazábal. Por fin, el genio de Borriol tenía ya su ‘Grande’.

Lo luchó y lo mereció como nadie. Sudó sangre para doblegar al gigante inglés Justin Rose en un duelo épico que ya es historia del golf mundial. Desde el tee del hoyo 1 fue un duelo cara a cara al que no tuvieron acceso Jordan Spieth, ni Charl Schwartzel, ni Matt Kuchar.

Fue una noche de gritar birdies, de sufrir esos bogeys al 10 y al 11, de mantener una calma tensa aún en ese agónico play off, y finalmente fue una noche para celebrar a lo grande. Sergio García lo hizo en Georgia con una fiesta con familia y amigos. Y los aficionados españoles lo hicimos yéndonos a dormir con una sonrisa de oreja a oreja. Una noche preciosa.

A. Puente

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