Madrid no es augurio de algo positivo para Garbiñe Muguruza. O al menos eso dictan los precedentes: tan sólo ha ganado cuatro encuentros en la capital en toda su carrera. Y ese bagaje, para una bicampeona de Grand Slam, es muy pobre. Lo que el público le da con el apoyo, se lo quita con la presión. Así lo reconoció en el Media Day, y a tenor de lo exhibido en los últimos años, esa parece la explicación más razonable para entender que nunca haya superado una segunda ronda.
Dado el excelso nivel de la tenista nacida en Caracas, lo lógico es que rompa esa estadística pronto. Y podría hacerlo este mismo año. Eso sí, necesita ser más paciente y errar menos. Frente a Peng, convirtió una primera manga cómoda en un infierno del que casi sale mal parada. Por fortuna para ella, la china no encontró respuesta a sus restos profundos, y entregó finalmente ese reñido primer parcial (6-4).
A partir de ahí todo fue más fácil, ya que Garbiñe aunó valentía y acierto. Más confiada y suelta, ganó terreno en la pista y se dejó ver por la red. Y sacó provecho. Pronto abrió brecha y, en esta ocasión, no permitió que Peng la redujera. Sólida en el servicio, y siempre en la búsqueda del ‘winner’, se impuso a ella misma para superar el primer escollo en el Mutua Madrid Open. Hasta la fecha sólo había ganado aquí a Silvia Soler, Hampton y Tita Torró.
Ahora su objetivo es superar esa dichosa segunda ronda. Y parece el momento propicio. Cada vez lidia mejor con la presión, y su prematura retirada en Stuttgart le han permitido acumular entrenos en la última semana. Su rival saldrá del duelo entre Vekic y Georgina, dos grandes jugadoras, pero que no se asemejan al talento y potencial de la española. Es el momento de Garbiñe.
Alberto Puente