Son pequeños matices, pero suficientes para intuir que Novak Djokovic va camino de recuperar su mejor versión. Tras más de un año ‘estancado’, el serbio ansía recuperar la senda hacia el número uno del mundo y los Grand Slam. Aún yace lejos, pero ese es su objetivo. “Sino no seguiría”, manifestó recientemente. Su ambición es alta, y el ahora número doce del mundo sólo pide a sus fans paciencia. Frente a Kei Nishikori, en la primera ronda del Mutua Madrid Open, ha dado el primer paso hacia esa recuperación obligada tras imponerse en dos mangas (7-5 y 6-4).
El inicio no pudo ser más desastroso, con tres dobles faltas en el primer juego del encuentro. Su cabeza, de nuevo, se erigía en su mayor enemigo. Su alivio fue vislumbrar al otro lado de la red a un oponente en una situación similar, que también ha pasado por una lesión hace poco, y cuya escasa confianza le hace ser irregular. Así, el envite fue un mar de dudas, donde el servicio no era una garantía. Los errores se sucedían y sólo a destellos se entendía porque ambos jugadores han resultado tan trascendentales para este deporte.
Sin embargo, Djokovic recuperó sensaciones del pasado conforme transcurrió el duelo. Aceleró la bola con mayor facilidad, encontró las líneas, y su revés dejó de ser un hándicap. Hasta el servicio, modificado tras su lesión de codo, pareció encontrar la línea correcta en la segunda manga. Su movilidad en la pista fue otro aspecto a destacar, con esa flexibilidad que le caracteriza. No importó que fallara el ‘smash’ más fácil de su carrera, porque los ‘breaks’ llegaron al resto, en el momento más trascendental. Ahí mostró que su cabeza, poco a poco, vuelve a estar preparada para competir al más alto nivel.
«Necesitaba ganar para recuperar la confianza en mi juego», ha expresado en la rueda de prensa posterior al partido un Djokovic que había caído a las primeras de cambio en tres de sus últimos cuatro eventos. «Es un proceso, algo que tengo que aceptar y creo que en general me siento mucho mejor sobre todo lo que está ocurriendo dentro de la pista y sobre mi físico. He cambiado mi actitud, jugué en Australia pero no estaba listo, luego me operé… Lleva tiempo recuperarse y tiene consecuencias en el cuerpo que no había sufrido antes. Nuevas experiencias que he tenido que encarar. No me arrepiento de nada. Es la vida y es algo que tenía que ocurrir. Estoy agradecido de todo, hay cosas peores en la vida. Estoy aquí», ha relatado tras caer fuera del Top Ten tras una década asentado en ese privilegiado puesto.
No tengo unas expectativas muy altas en el torneo. En los últimos doce meses la situación es diferente. Pienso en el día a día», ha comentado el tenista serbia, que aprovecha su bajón tenístico para restarse presión de cara a lo que resta de torneo. No obstante, no es sincero y no esquiva admitir que su objetivo es «llegar lo más lejos posible». De momento ha dado el primer paso tras ganar a Nishikori. «Hacía tiempo que no ganaba un partido de este tipo», ha declarado. Ahora, el serbio espera Medvedev o Edmund, que se batirán mañana en la Pista 4 de la Caja Mágica.
Alberto Puente