El tenis español ha tenido muchos éxitos en sus muchas décadas de historia, aunque ya no se recuerde a muchos de sus grandes. Cierto es que está más vivo que nunca gracias a nombres destacados como Rafa Nadal, Carlos Alcaraz, Garbiñe Muguruza y todos los grandes ases que defienden nuestros colores a nivel nacional, internacional y dentro del ranking ATP. No obstante, tampoco sería justo hablar de ellos sin echar un vistazo al pasado y ver los gigantes sobre cuyos hombros se alzan quienes tocan las estrellas.
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Manolo Santana
El hecho de que Manolo Santana fuera de los mejores tenistas de su tiempo se queda corto. De hecho se le considera, ahora y siempre, uno de los deportistas españoles más reconocidos de España del siglo XX. El madrileño estuvo ligado a la división de tenis del Real Madrid entre mediados de los sesenta y principios de los setenta. En esta época logró ganar Wimbledon en 1966, lo que le llevó a ser el número 1 del mundo durante ese año. Además de ser campeón nacional, logró la victoria en el Trofeo Conde de Godó 1970.
Se le llegó a considerar un mago en pistas de tierra batida, aunque en pistas de hierba también progresó muchísimo. Para entonces ya había ganado dos veces el Roland Garros, la primera en 1961 y la segunda en 1964. Cuatro años más tarde le dio a España la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de México y, después de muchos éxitos, decidió retirarse en 1970. Ahora bien, retornaría en 1973 y esta segunda etapa en activo perduraría hasta 1980. Manolo Santana falleció a finales de 2021 en Marbella, donde residía desde su retirada.
Manuel Orantes
El granadino fue uno de los grandes tenistas de la década de los setenta y ochenta, ganando nada menos que 33 títulos individuales a lo largo de su carrera. Pero pudieron ser muchas más, pues alcanzó más de una treintena de finales, incluyendo la de Roland Garros en 1974 o la de Monte-Carlo cuatro años antes. Aunque sea granadino de nacimiento, creció en Barcelona junto a sus abuelos, empezando como recogepelotas. En 1966 causó sensación al ganar los títulos juniors en Wimbledon y el Orange Bowl. Dos años más tarde batió a nada menos que Santana en la final de Madrid.
Santana se resarciría batiéndole en los Juegos Olímpicos de México, por lo que Orantes se adjudicó la plata. Al año siguiente, en Barcelona, lograba batir de nuevo a Santana y obtenía su primer título ATP. En los setenta obtuvo una gran cantidad de títulos, siendo el segundo tenista español con más títulos tras Nadal, estando empatado con Conchita Martínez. Su único Grand Slam llegó en el US Open en 1975, superando a Jimmy Connors. Seguiría jugando hasta mediados de los ochenta, logrando así una longeva carrera deportiva, además de ser capitán de España en la Copa Davis hasta 1992.
Sergi Bruguera
Antes de que llegaran Moyá, Costa, Ferrero, Corretja y mucho antes de la llegada del huracán Nadal, estaba Sergi Bruguera como referente entre los tenistas españoles. Bruguera recogió el testigo de Santana y Orantes. De hecho, ningún español ganó un Grand Slam desde el US Open de Orantes hasta que llegó Bruguera a principios de los noventa. Conseguiría ganar en 1993 el Roland Garros, siendo sobre todo un especialista en tierra batida. Tanto, que conseguiría repetir triunfo en el prestigio trofeo parisino al año siguiente. En Atlanta 1996 llegó hasta la final y consiguió la medalla de plata, jugando contra el mítico Andre Agassi.
Cabe destacar además que la final de Roland Garros 1994 fue española cien por cien dado que se enfrentó a Alberto Berasategui. Bruguera comenzó a jugar en 1988, prolongándose su trayectoria deportiva durante los siguientes tres lustros. Llegó a ser tercero mundial en el ranking de la ATP durante 1994, compitiendo también en varios Grand Slam como el Abierto de Australia, Wimbledon o el US Open, en esta ocasión en 1994 y 1997. Entre 2017 y 2022 fue capitán español de la Copa Davis.
Alberto Berasategui
El bilbaíno, contemporáneo de Bruguera, tuvo una carrera relativamente corta entre los tenistas españoles. De hecho, comenzó como tenista profesional a los 18, retirándose tan solo una década después con 28 años. Nunca pudo ganar un Grand Slam, pese a que estuvo muy cerca de conseguirlo en el Roland Garros en 1994. No obstante no pudo batir a Bruguera en aquel mítico partido entre españoles. Eso sí, llegó a figurar séptimo en el ranking de la ATP durante 1994. Además, durante seis de sus diez años en activo estuvo entre los 36 mejores jugadores del mundo.
Muchas de sus grandes victorias llegaron sobre tierra batida, de manera similar a Bruguera. Logró batir a otros grandes tenistas españoles como Corretja, Óscar Martínez, Francisco Clavet, Carlos Costa o Moyá en su apogeo. Por desgracia, los calambres musculares que empezó a sufrir en partidos largos le pasaron factura, lo cual le impidió ganar más títulos a lo largo de su carrera.
Andrés Gimeno
El barcelonés es, junto a Santana, de los primeros tenistas españoles de gran éxito mundial. Ambos nacieron durante la Guerra Civil y pronto empezaron a destacar con la raqueta. El primer gran hito de Gimeno fue llegar a la final de dobles del Abierto de Francia 1960 junto con José Luis Arilla, aunque no pudieron llevarse la victoria. También ganó en Barcelona y Monte-Carlo antes de pasar a ser profesional, ganando también en dobles en Wimbledon 1967 junto a Pancho Gonzáles. Todo esto antes de que comenzara la Era Open a finales de los sesenta.
Disputó la final del Abierto de Australia en 1969, cayendo ante el australiano Rod Laver, un gran rival de Santana. En 1972 logró su mayor hito, ganando el Roland Garros ante el francés Patrick Proisy. Esto le hizo ser el hombre más veterano en ganar el prestigioso Grand Slam con 32 años, un récord que se ha mantenido hasta que Nadal lo consiguió en 2022 con 36 años. Tras su retirada en 1973 se dedicó a la enseñanza de tenis tanto por la federación española como por la suiza. Por desgracia, un cáncer se lo llevó en 2019.