En los últimos días se han producido varios alegatos y sospechas acerca de ciertos pilotos de F1 eSports, en concreto algunos de los que participan en el campeonato oficial representando a los equipos oficiales de la Fórmula 1. Del que más se ha hablado es del piloto de R8G (y por tanto del equipo Haas en la liga oficial de simracing) Thomas Ronhaar, aunque también ha surgido la polémica con el piloto español Álvaro Carretón, que compite bajo los colores de Williams Esports.
Los trucos, trampas, cheats o como se quiera denominar, son aquellas modificaciones, generalmente externas y no permitidas en competiciones (ya sean torneos oficiales o incluso simples carreras online) que se realizan sobre el juego base para ganar ventaja de manera ilícita. Es un caso similar al que se ha visto hace apenas unos días en Assetto Corsa en campeonatos de España de simracing y también están presentes en otros juegos, con el peligro para la integridad y honestidad de las competiciones de simracing que ello supone.
La relevancia que tiene todo esto es que, de confirmarse al 100%, se está compitiendo de manera ilegítima ante cientos de miles de espectadores de todo el mundo, utilizando la marca de equipos de F1, con todos los fabricantes y patrocinadores involucrados en todo ello – además de la imagen que da a la empresa desarrolladora y/o publicadora del videojuego. No en vano, se deja una ventana abierta a que se puedan utilizar en competiciones de ámbito mundial, algo que debería estar blindado dados los avances en ciberseguridad y protección de los juegos con respecto a hace una década, sin ir más lejos.
Los casos presuntamente ilegítimos en F1 2022
En el caso de Ronhaar, los rumores de que utiliza aplicaciones ilegítimas han estado circulando desde principios de este mes de marzo. Sobre todo a raíz de una carrera en el Circuit de Catalunya jugándose la primera posición con el piloto de Mercedes Jarmo Opmeer (campeón mundial de F1 eSports 2020 y 2021, además de haber competido en la Carrera de Campeones en 2022 y 2023). Una de esas aplicaciones es la de aumentar el agarre del coche o de la pista. Aunque se trate de menos de un 1%, sigue siendo una ventaja que se traduce en mejores tiempos por vuelta. Más en un F1, donde cada milésima cuenta.
La otra aplicación ilegítima de la que se sospecha – existiendo otros indicios y capturas de pantalla que incitan a ello – es el del ERS, el sistema de recuperación de energía de los F1. En plena carrera Opmeer debía tener más ERS acumulado ya que lo estuvo guardando durante muchas vueltas, pero sin embargo Ronhaar podía igualarlo. Esto pese a que Opmeer contaba con DRS y podía acercarse en las rectas – y, al tener mayor velocidad punta y frenar más fuerte, cargar más el ERS. La situación con Ronhaar ha llegado al punto de que ha habido incidentes en pista, como el que tuvo el piloto de Red Bull Fred Rasmussen días atrás.
El caso de Carretón es algo diferente. El pasado 5 de marzo realizó un directo en Twitch compitiendo en F1 2022, por supuesto con los colores de Williams. Ahora bien, en un momento dado apareció una ventana en la que aparecían algunos archivos con nombre que aluden directamente a hacks, a estas mismas aplicaciones ilegales. El pantallazo ha aparecido por redes sociales, cuestionando la legitimidad del piloto de Williams.
En este 2023 Williams Esports ya se ha visto involucrado en más polémicas, aparte de las de F1 eSports. La más destacada fue la de las 24 Horas de Daytona virtuales en iRacing, compitiendo en varias categorías. Lograron la victoria después de una clasificación en la que tomaron una trazada no permitida en el reglamento de la competición, además de tener a algunos coches de categorías inferiores bloqueando a los rivales del LMP2 principal para que este mantuviera una ventaja segura hasta el final de la carrera.