Poco a poco, los problemas de seguridad (léase, anti trampas) de las F1 eSports Series y la saga de juegos oficiales de la Fórmula 1 se van dando a conocer tras todo lo que ha salido a la luz entre los meses de febrero y marzo. Un problema endémico que también se ha visto en otros simuladores utilizados en la actualidad y que tiene repercusiones graves en el momento en el que hablamos de grandes campeonatos (como es el caso de la F1 eSports Series) con grandes premios económicos sobre la mesa.
Las revelaciones más polémicas de los últimos días han tenido lugar en torno a F1 22, el actual simulador oficial de la Fórmula 1 sobre el que se basa la F1 eSports Series en la que se representan los diez equipos de la categoría reina. No obstante, es un problema que afecta a varios simuladores, tal como se ha visto en semanas recientes. Ha ocurrido a nivel nacional con Assetto Corsa (en concreto en la Copa de España de Rallyes de Asfalto virtual) y también a nivel internacional con Assetto Corsa Competizione.
Este problema es común, en definitiva, en aquellas plataformas que se basan en versiones de PC, dadas las libertades que un ordenador ofrece. No obstante, en el caso de versiones de consolas, ya sea Xbox o PlayStation (incluso Switch en algunos casos de eSports, que no en simracing) la introducción de mods o hacks en juegos online es mucho más difícil o incluso imposible.
En el caso de Assetto Corsa hablamos también de una plataforma de código abierto con más de diez años de antigüedad. Ahora bien, en el caso de F1 22, aunque sea a priori un juego moderno, la base ha sido utilizada un año tras otro para los sucesivos juegos oficiales de la Fórmula 1. No obstante, no cuenta con una protección anti trucos acorde a los estándares que debería tener para utilizarse como base de las F1 eSports Series.
Con estas trampas, uno puede alterar las físicas del juego de manera que los baches no afecten tanto a la estabilidad del coche (o incluso no le afecten) o mejorar el nivel de agarre. Si un jugador de repente supera el récord mundial en una vuelta por dos, tres o cinco segundos, es evidente que hay gato encerrado y ese tiempo suele ser descartado. Ahora bien, si se hace de manera sutil (aumentando el agarre un 0,1% o 0,15% por ejemplo) es posible camuflarlo entre los tiempos que se considerarían legítimos.
Las F1 eSports Series necesitarán mejor anti cheat
En esta entrevista del popular simracer (y ahora también piloto real) Jimmy Broadbent al dos veces campeón mundial de las F1 eSports Series Jarno Opmeer se detallan varios de los casos que han surgido en tiempos recientes. Uno de ellos hace referencia a Thomas Ronhaar, piloto de Haas F1 en las F1 eSports Series. También se ha visto salpicada la imagen de Álvaro Carretón, quien fuera campeón mundial antes de que lo fuera Opmeer o el vigente campeón, el británico Lucas Blakeley (piloto de McLaren Shadow). Opmeer tiene claro que lo primero que necesitaría F1 23, que saldrá este año, es un buen sistema anti trucos…
En estos casos, se evidencia que cuanto más incentivos económicos se ofrezcan para los jugadores que muestren mejores resultados (sean mejores o no), mayor es la posibilidad de que se intenten conseguir estos resultados por vías ilegítimas. Aunque se trate de una ventaja de menos de un 0,2%. Quizás no para ganar cada carrera, pero sí tener una ventaja sobre otros rivales.
Al contrario que en otros simuladores de Fórmula 1, en F1 22 todos los monoplazas tienen el mismo rendimiento para ofrecer igualdad entre todos los jugadores online, por lo que cualquier ventaja se hace notar. Algo irónico dado que convierte en esencia a la F1 eSports Series en carreras monomarca, exactamente lo contrario a lo que siempre ha sido a lo largo de su historia. Con todo ello, la imagen o credibilidad de las carreras online de F1 22 queda algo maltrecha, algo en lo que Codemasters y Electronic Arts han de trabajar dado que se trata de una crisis en toda regla.