El equipo blanco va de más a menos y pierde 69-79 contra un rival que le dominó totalmente en el rebote ofensivo. Siguen los problemas en la larga distancia.
El Madrid parecía haberle cogido el punto al equipo griego. Cuatro victorias en los últimos cuatro enfrentamientos, el último en la final four de la temporada pasada. Pero Olympiacos aprendió la lección. Es cierto que no han empezado la temporada de la mejor manera posible, pero ganarle al Real Madrid de esta manera siempre puede dar moral para revertir la situación.
Los de Chus Mateo aguantaron bien el ímpetu con el que salieron en casa los griegos los primeros dos cuartos y medio, sobre todo teniendo en cuenta los muchos minutos que tuvieron que estar sin Campazzo en pista por la rapidez de sus primeras faltas personales. Pero el parcial de los últimos 14 minutos, con los blancos perdidos en defensa, sobre todo en el rebote defensivo, y muy fallones en ataque, les dejó sin posibilidades. 33-14 para un Olympiacos llevado de la mano de Vezenkov, quien anotó 23 puntos en total, 10 de ellos durante ese parcial terrorífico.
Último cuarto para el olvido del Real Madrid
Es cierto que los de Bartzokas tuvieron las mismas estadísticas en el tiro de tres que el Real Madrid, 11 aciertos en 31 intentos, pero acabaron el partido con 17 tiros totales más, un ejemplo de la importancia del rebote en este partido. Un total de 11 rechaces ofensivos cogieron los griegos en los últimos 20 minutos, por lo que Chus Mateo fue muy claro en sus declaraciones posteriores al partido.
Tavares, uno de los encargados en evitar que eso sucediera y que empezó el partido desde el banquillo, se vio totalmente superado y sin ayudas durante todo el encuentro, por lo que solo pudo recoger 6 rebotes, los mismos que puntos, todos ellos defensivos.
Usman Garuba fue una baja muy sensible para los madridistas que intentó suplir Ibaka, quien empezó con un 2/3 en triples en los primeros minutos del partido que finalmente acabó en 2/4.
Hezonja fue el máximo anotador del equipo blanco, con 15 puntos, 9 de ellos desde la línea del triple. Le siguió Deck con 12 y nada de acierto desde el exterior aunque buenos porcentajes de tiro de dos.
Chus Mateo no sacó a Ibaka después del descanso y solo jugó 8 minutos, mientras que el suplente Tavares estuvo en pista 31 minutos.
A pesar de que el Madrid se fue 3 puntos arriba al último cuarto, se le apagaron las ideas. Empezó a tirar triples como si las canastas de dos puntos ya no valieran y no dejaron de fallar, ayudando a la remontada de los griegos. Estos últimos minutos de partido fueron un dejavú para algunos aficionados madridistas de aquella final de Euroliga de hace un par de meses ante Panathinaikos, bloqueados en ataque y lanzando de tres sin acierto.
Con esta derrota se acentúan los problemas que está sufriendo el equipo cuando le toca jugar a domicilio. Ha perdido los cinco partidos que ha jugado fuera de casa esta temporada.
En menos de 48 horas el Real Madrid tiene otro partido europeo, esta vez contra el Maccabi, y de esta manera comprobar si han aprendido la lección. Es cierto que es un partido fuera de casa, pero no es en el pabellón del Maccabi debido al conflicto, sino que se juega en Belgrado. Puede que esto ayude al equipo blanco a dejar atrás esos problemas cuando se encuentra jugando lejos del Wizink. Ahora mismo el Madrid es décimo y se encuentra a 4 puntos del líder, el Barcelona.