Los rojiblancos ganan 0-1 al Mallorca en un partido con muy poco juego. Julián Alvarez marcó y Giuliano volvió a ser el MVP.
Parece que el Atlético de Madrid está empeñado en volver a ser el equipo que algún día fue allá por 2014. Ha vuelto al 4-4-2 y al famoso «unocerismo», aunque puede que todavía le falten los jugadores duros que lo daban todo el campo. Esos jugadores como Giuliano Simeone, que más que llamar a la puerta de la titularidad, la ha tirado abajo. Quizás que no es el jugador más hábil o más talentoso, pero trabajo no le falta y no da una bola por perdida.
En Son Moix salió el Atleti como en cualquier partido fuera de casa, dando el control del balón al equipo rival y a esperar cualquier oportunidad a la contra. Con todo esto, la primera parte fue muy pobre por parte de los dos equipos que menos goles reciben de LaLiga. Los del Cholo no tiraron a puerta y el Mallorca apenas puso en aprietos a Oblak con un par de remates mansos.
La segunda parte iba por el mismo camino hasta que Oblak inició un contraataque, como ya hizo hace poco más de tres días en París, lanzando un balón a Giuliano, que como ya hemos dicho no da jugada por perdida, y le ganó la posición a un Maffeo que pudo hacer mucho más. Esperó a que llegase Julián y le regaló el único gol del partido.
Tras el gol, ambos jugadores se fueron a la banca después de que Simeone hiciese un cuádruple cambio, buscando entre otras cosas que Lenglet no acabase expulsado, ya que Sanchez Martínez le había perdonado la roja minutos antes.
Acto seguido del gol, Riquelme tuvo una contra clarísima para pasársela a Correa y sentenciar prácticamente el partido, pero decidió acabar la jugada solo y su tiro se estrelló contra las manos de Greif. Una jugada que criticó bastante Diego Pablo Simeone en rueda de prensa: «¿El error de Rodrigo Riquelme? Julián creyó en Giuliano. Giuliano tuvo la generosidad de no ser egoísta y pasó la pelota para que Julián pudiera anotar. No debes ser egoísta, tienes que ser un jugador de equipo. Él decidió disparar, pero esa no fue la opción correcta. Afortunadamente, no tuvimos que pagar por ello.»
A partir de ahí el Atlético se centró en aguantar el resultado, y aunque durante muchos minutos de la segunda parte el Mallorca no tuvo ocasiones claras, Jan Oblak tuvo que volver a ponerse la capa de héroe con una parada salvadora en los últimos minutos del partido, cuando Abdón Prats intentaba hacerle una vaselina.
Esta victoria deja al Atlético de Madrid tercero con 26 puntos, a 7 del Barcelona a pesar de que este tiene un partido menos. Por su parte al Mallorca se le escapa la oportunidad de irse al parón de selecciones en los puestos que dan acceso a competición europea, y se queda en la octava posición con 18 puntos.