El equipo de Ohio comienza con registros históricos igualando a algunos de los mejores equipos del pasado. Mitchell y Garland claves.
Para un mercado tan pequeño como lo es el de Cleveland, siempre es difícil estar en el epicentro de la NBA, que se hable mucho de ti, pero sobre todo que se hable bien de lo que estás haciendo. Todo esto lo han conseguido los Cleveland Cavaliers gracias a empezar la temporada como un avión. Invictos 11-0 y una sensación de que los equipos van a tener que hacer las cosas muy bien para poder echarles el guante.
Los Cleveland Cavaliers no se entienden sin LeBron James
La sombra de LeBron James es tan grande sobre este equipo que es imposible hablar de ellos sin mencionarle. El Rey, que hizo las maletas por segunda vez y puso rumbo a Los Angeles en 2018, ha sido el único capaz de llevar el anillo de la NBA a esta ciudad. Lo hizo además ante unos Golden State Warriors que parecían invencibles en 2016, remontando 3-1 en las finales. Con él en el equipo, los Cavs han jugado 9 veces playoffs en 11 temporadas; sin él, 13 veces en 33 años. Unos números increíbles a los que hay que añadirles las 5 finales de la NBA a las que LeBron llevó al equipo, cuatro de ellas seguidas.
Tras su marcha, los Cavaliers estuvieron 4 años con registros negativos, incapaces de superar incluso las 20 victorias en 82 partidos. Tan mala era la situación del equipo, que se vendían entradas para los partidos en casa por menos de 5 dólares.
En 2022, tras 5 temporadas sin el Rey, llegó nuevamente una estrella a la ciudad de Cleveland. Donovan Mitchell se unía un equipo en el que los jugadores jóvenes estaban cobrando una gran importancia. Ese año consiguieron llegar a los primeros playoffs sin LeBron desde 1998. Perdieron en primera ronda ante Knicks pero con una sensación de que este equipo podía dar mucho más.
Un equipo construido alrededor de jóvenes
El año pasado, consiguieron superar la primera ronda de playoffs, pero cayeron en semifinales de conferencia 4-1 ante unos Celtics que acabaron ganando el anillo. Todo esto llevó a la directiva a buscar un cambio de entrenador que acabó con Kenny Atkinson como director de orquesta para esta temporada. J.B. Bickerstaff había sido el hombre que había plantado la semilla de un proyecto liderado por Mitchell junto a unos jóvenes con un futuro brillante como Darius Garland o Evan Mobley. Pero se tenía la sensación de que no estaba sacando provecho a una plantilla con un potencial para mucho más que una segunda ronda de playoffs.
El cambio de momento no ha podido ser mejor, los Cavaliers se encuentran con un registro de 11-0, siendo el duodécimo equipo en la historia de la NBA que consigue este récord al inicio de una campaña.
Las claves de este inicio apabullante se pueden resumir en la cantidad de triples que tira este equipo, de momento con gran acierto, y la defensa tan física que proponen a sus rivales. En esta defensa son cruciales los centímetros que mete Atkinson en su quinteto, con Mobley y Allen compartiendo posiciones interiores, además de darle muchas opciones al equipo en ataque, sobre todo el joven jugador, el cual es muy polivalente.
Mitchell y Garland tienen un porcentaje de uso (volumen de un jugador en las jugadas ofensivas) mucho menor que en temporadas anteriores, lo que le da al equipo bastantes más variantes, y a ellos la posibilidad de tirar liberados en la mayoría de las jugadas, sobre todo en triples desde la esquina.
Si consiguen 4 victorias más igualarán el mejor inicio de todos los tiempos, que de momento lo tienen los Houston Rockets de 1993. Y no sería de extrañar que lo consiguieran, viendo el calendario más próximo, con partidos ante equipos en baja forma como Sixers, Hornets o Bulls.
Queda por ver si Atkinson será capaz de mantener el nivel durante toda la temporada, sobre todo en playoffs, y lograr aquello que de momento ha sido imposible sin LeBron James.
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