El holandés quedó por delante de Norris en una carrera con doblete de Mercedes. Carlos consiguió el tercer puesto a pesar de Ferrari.
Lleva cuatro años sin tener rival Max Verstappen en la máxima competición del automovilismo. Da igual que durante muchos tramos de la temporada no haya tenido el coche más rápido, porque lo que sí tiene es un talento pocas veces visto en la Fórmula 1. Bajo las luces de Las Vegas, Mad Max se coronó por cuarto año consecutivo como campeón del mundo.
Lo hizo en una carrera en la que ni siquiera subió al podio y quedó quinto, ya que le bastaba con quedar delante de su rival, Lando Norris, quien quedó en sexta posición. Russell y Hamilton hicieron el primer doblete para Mercedes desde Brasil en el año 2022, y tuvieron una carrera, desde la vuelta 30, bastante tranquila. Eso que el 7 veces campeón del mundo salía desde la décima posición, pero tanto él como su monoplaza tenían un ritmo abrumador sobre el frío asfalto de la ciudad del pecado.
Carlos Sainz perdió la posición en la salida ante su compañero Leclerc, quien intentó a toda costa adelantar a Russell, que salía desde la pole, lo que le costó un desgaste excesivo en sus neumático que hizo que el piloto español recuperase la posición unas vueltas más tarde. Los dos hombres de Ferrari tuvieron sus más y sus menos y estuvieron intercambiándose las posiciones durante toda la carrera. De hecho, a Charles Leclerc se le pudo escuchar por la radio al final de la carrera muy enfadado, tanto con su equipo como con su compañero.
Verstappen fue el único rival de los de rojo, muy alejados de la cabeza de carrera, y tras la parada en boxes ambos pilotos adelantaron al holandés con éxito. En la segunda parada, Carlos quiso adelantar su entrada, pero el equipo no estaba preparado, algo surrealista en este deporte. Al final con sufrimiento acabó subiéndose a un podio que puede que sea el último vestido con el mono de Ferrari.
Alonso quedó undécimo y estuvo a punto de entrar en los puntos con un coche muy inferior a los que tenía a su alrededor y con los que tuvo que batallar.
Finalmente George Russell consiguió su tercera victoria en Fórmula 1, quizá la más intrascendente para el público, ya que fue una noche en la que todos los focos de la ciudad se los llevó Max.