El conjunto catalán pierde 1-0 ante el Sturm Graz y se queda muy cerca de la eliminación de la Champions.
Parece que al Girona le está empezando a quedar grande Europa, o que no sabe cómo jugar estos partido, algo lógico cuando eres novato en la competición. Si no, no hay otra manera de explicar que ayer los de Míchel no se marcharan de Austria con una victoria.
Perdieron ante un equipo que no había sumado un solo punto en las cuatro primeras jornadas y que solo llevaba un gol en la Champions. Eso que el Girona fue muy dominador con el balón durante prácticamente todo el partido, pero al Sturm Graz no le importó, esperando pacientemente su oportunidad para poder salir en velocidad a la contra.
Mucho dominio pero poco peligro fue lo que tuvo el equipo de Míchel en la primera parte, donde solo Bryan Gil parecía tener algo de desequilibrio. De hecho, por sus botas pasó la ocasión más clara del partido, dejando solo sin portero a Iván Martín que incomprensiblemente tiró el balón fuera. Si Europa te da pocas opciones y las que tienes las desaprovechas, no hay manera.
El paso por vestuarios no le hizo muy bien al Girona, que salió desorientado a la segunda parte. Tanto fue así, que Bierteh, en el minuto 59, cogió un rechace de Gazzaniga para poner el único gol del partido y sentenciar al equipo catalán en Champions. Durante la última media hora del partido, el Girona lo intentó, más con corazón que con juego, pero se le notaba el nerviosismo y la ansiedad que le provocaba la situación, por lo que fue incapaz de empatar.
Los rojiblancos necesitan ahora un milagro para tener opciones de quedar, aunque sea, entre los 24 primeros. Liverpool, Arsenal y Milán nada más y nada menos son los tres rivales que les quedan. Los dos primeros en Motilivi, donde la afición podrá disfrutar de dos grandes de Europa, en lo que se intuye que serán los últimos minutos del Girona en Champions.