Fernando Belasteguín se retira después de 30 años en el circuito dejando un legado inigualable. Se lleva 230 títulos y 16 años siendo número 1 del mundo.
Cualquiera al que le haya gustado el pádel siempre quiso ser como él, alguien que demostró que no hace falta ser el más fuerte, el más alto o el más rápido para ser el mejor, y Bela lo fue durante muchos años.
230 finales ganadas y número 1 del mundo de 2002 a 2017, casi nada. Y aún así, Belasteguín se lleva algo mucho más grande, el respeto y la admiración de todos los que forman parte de este deporte.
Ayer ni un solo jugador de Premier Padel se quiso perder la cita en la pista central de Milán, porque se intuía que podía ser el último partido del mejor jugador de la historia, y así fue. Cayó junto a Libaak contra Bergamini y Garrido, pero lo hizo como ha hecho durante 30 años, sin dar una bola por perdida, enfadándose y sacando golpes maravillosos. De hecho, el que quedará en la historia como su último punto ganado, fue una demostración de lo que ha sido este jugador, sacando la pelota x3 en dos ocasiones y acabando con una pegada a la altura solo de la mayor leyenda que ha pisado nunca una pista de pádel.
Ni su compañero ni sus propios rivales pudieron aguantar las lágrimas al acabar el partido, porque sabían lo que su adiós significaba. Al propio Bela se le vio muy emocionado dirigiéndose a su familia, a la que hay que darle las gracias, sobre todo a su hija, por recordarle a Fernando que un Belasteguín nunca se rinde cuando estuvo apunto de dejar el pádel hace ya más de 20 años.
La gente no se quiso perder la despedida de Bela
El público no pudo dejar de corear su nombre, nadie quería que ese fuese su último partido, pero igual que empezó hace 30 años en Pehuajó, tenía que acabar ayer en Milán.
Cuando llegó el momento de que Bela cogiese el micrófono, fue breve y dijo que se va feliz, orgulloso de haberlo dado todo siempre y de ver el deporte que tanto ama en la posición en la que se encuentra, aunque mucha culpa de que el pádel sea un deporte tan reconocido a nivel mundial la tiene él.
En redes sociales quiso mandar un mensaje tras su retirada escribiendo lo siguiente: «Competí, corrí, me calenté, y terminé mi carrera siendo fiel a mi esencia. Que linda la sensación de poder mirar a la familia a los ojos sabiendo que di el máximo hasta el final! Y a todos ustedes…..nunca podré devolverles el cariño y respeto que han tenido conmigo».
Aún así, la esencia Belasteguín nunca se irá, pues ha sido el mentor en los primeros años de algunos de los que ahora son los mejores jugadores del mundo, como Agustín Tapia, Arturo Coello o Mike Yanguas.
Gracias Bela, por tirarte de cabeza hasta la última bola como prometiste, el pádel siempre estará en deuda contigo.