Poca intriga está dando este año la Premier League. Lejos quedan ya esas temporadas en el que el título inglés se decidía en la última jornada, o incluso en el último minuto, entre Manchester City, Arsenal, Liverpool…
La realidad es que si el equipo de Slot gana el partido que tiene pendiente, le sacaría 10 puntos al segundo clasificado, el Chelsea, estando en la jornada 18. Y todo esto es tanto mérito de los de Anfield como demérito de sus rivales. El City está teniendo la peor temporada de los últimos años, y en 13 partidos solo lleva una victoria, lo que le deja séptimo a 14 puntos de la cabeza. Y el Arsenal es un equipo que tiembla a la hora de pelear por la liga, y como este año no podía ser menos, está a 9 puntos del Liverpool.
Los reds solo tenían cerca al Chelsea, pero pinchó ayer en casa ante el Fulham. Sabiendo esto, salieron los de Slot a Anfield con ganas de poner una brecha considerable en la tabla, y lo lograron.
Se le complicó el partido al Liverpool
Tuvieron que remontar antes el tanto inicial de un Leicester que salió peleón. Dentro la niebla que cubría todo el estadio, Ayew recogió un balón que protegió a la perfección para disparar y lograr la sorpresa momentánea en Anfield.
A partir de ahí, fue un claro asedio del Liverpool, que no quería dejarse puntos en casa. Aunque no eran incapaces de encontrar la manera de hacer daño a unos Foxes muy bien plantados.
Cuando el encuentro estaba llegando al descanso, los locales empezaron a crear mucho peligro, con disparos al palo de Robertson y Salah, hasta que Gakpo en el descuento empató el partido.
Tras el paso por vestuarios el guión no cambió nada, y el Liverpool solo necesitó cuatro minutos del segundo tiempo para ponerse por delante. Esta vez fue Curtis Jones quien empujó un centro de Mac Allister que subió al marcador tras una eterna revisión del vídeoarbitraje.
No quería sufrir el líder de Inglaterra, por lo que intentó ampliar su ventaja. De esta manera, Salah recogió un balón de Gakpo y cerró el partido afianzando su posición como máximo goleador de la competición.
Parece que este nuevo Liverpool no tiene rival, ni en Premier League ni en Champions.
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