El pasado 19 de noviembre quedó marcado en el corazón de todos los amantes del tenis como el último día en el que Rafa Nadal cogió una raqueta a nivel profesional. Lo hizo en casa, ante su gente, disputando una Copa Davis en la que la Selección Española no pudo pasar la primera ronda. Puede que la despedida no estuviese a la altura de una leyenda como él, pero ese día Málaga y España entera lloraron el adiós del que probablemente ha sido el mejor deportista que ha tenido este país en su historia.
Habría que escribir hojas y hojas para hablar sobre todos los trofeos conseguidos por el tenista de Manacor, pero en resumen, Nadal fue campeón de 22 Grand Slams, 36 Masters 1000, 5 Copa Davis y 2 medallas olímpicas.
El 2024 casi no nos dejó disfrutar de Rafa, muy mermado por las lesiones que ha ido arrastrando durante prácticamente toda su carrera. Aún así, pudo jugar en Madrid delante de su público, donde llegó a insinuar que igual no era la última vez que disputaba el Mutua Open.
Jugó su último partido en Roland Garros, donde en primera ronda regaló al público parisino un choque ante Zverev que hizo soñar con luchar firmemente por un torneo que ha dominado durante décadas, llegando a levantar la Copa de los Mosqueteros en 14 ocasiones.
La pista Philippe Chatrier le volvería a ver en los Juegos Olímpicos, donde Nadal disputó la lucha de las medallas tanto en el cuadro individual como el de dobles junto a Carlos Alcaraz, una pareja que desató la locura en redes sociales.
El mundo del tenis pudo apreciar por última vez un enfrentamiento entre el español y Djokovic en el partidazo que acabó con la eliminación de Rafa. Su partido de despedida en la pista central de París fue junto a Alcaraz en tercera ronda de los dobles. Tras la derrota al joven jugador se le vio muy afectado por no haber podido ayudar a su ídolo a despedirse con una medalla.
Un Rafa Nadal mucho más grande que su homenaje
Finalmente, hace poco más de un mes Rafael Nadal Parera disputó su último torneo profesional, la Copa Davis de Málaga. España jugaba contra Países Bajos, y el seleccionador decidió que tenía que ser Rafa quien jugase el primero de los tres partidos. Le costó mucho al de Manacor, ya que se notaba que no estaba al 100% físicamente, por lo que perdió en dos sets.
Alcaraz ganó el segundo partido dejando claro que iba a hacer todo lo posible para que esa noche no fuese la retirada de Nadal, quien lloró desconsoladamente durante los himnos. En el tercer y definitivo partido, Carlos y Granollers perdieron en dobles, y Rafa Nadal se retiró en el banquillo, de madrugada entre semana y en una televisión de pago.
Esa mejorable despedida no borra la imagen que los españoles guardarán siempre de Nadal, un jugador que enseñó que nunca hay que rendirse, a luchar por cada pelota como si fuera la última, pero sobre todo a que se puede llegar a ser el mejor desde la humildad y el respeto.