Decía hace unos días Amorim que el objetivo real del Manchester United este año era no descender. Algo inexplicable para un equipo de la talla de los Red Devils, probablemente el cuadro inglés más histórico. Pero inexplicable también si un aficionado solo ha visto el partido de esta tarde en Anfield, donde el United jugó como nunca se le ha visto este año.
Llegaban los dos equipos en dinámicas totalmente distintas. El Liverpool es líder en solitario y llevaba 9 victorias y 1 empate en los últimos 10 partidos. Por otro lado, los de Amorim llevaban 6 derrotas en 10 partidos y estaban a 6 puntos del descenso. Por lo que todo apuntaba a que los locales iban a arrasar. Pero es que el United es un equipo impredecible, no hay que darle más vueltas.
El tiempo en Anfield era horrible. Había amanecido cubierto totalmente de nieve, y el partido empezó bajo una lluvia torrencial que evitó que ninguno de los dos equipos pudiera tomar la iniciativa. Aún así, el Liverpool tuvo bastantes ocasiones para adelantarse en los primeros 15 minutos, pero no las aprovechó. A partir de ahí, los visitantes empezaron a entrar poco a poco en el partido con internadas del joven Diallo.
La primera mitad acabó sin dueño, con ambos equipos golpeándose una y otra vez con ocasiones, la más clara una de Hojlund que tuvo que sacar Alisson en el minuto 42.
EL Manchester United buscó igualar la sorpresa del Etihad
Salió con ganas al segundo tiempo el United, que a los 6 minutos se adelantó por medio de Lisandro Martínez tras un despiste de Arnold en defensa.
Poco le duró la alegría a este equipo, ya que en no más de 15 minutos el Liverpool remontó y devolvió a los Red Devils a la realidad. Primero fue Gakpo quien empató tras un recorte a De Ligt. Un par de minutos después, el propio defensa holandés golpeó con el brazo un balón en el área y concedió un penalti que resolvió Salah. Quién si no, el jugador más en forma de Europa. Ya es el séptimo máximo goleador en la historia de la Premier League.
Todo parecía vendido en Anfield, pero Garnacho, que salió de suplente, puso el balón a Diallo para que silenciase a las 61 mil personas que se encontraban bajo la lluvia.
En los últimos 10 minutos pasó de todo, y cualquiera pudo llevarse los tres puntos, pero al final, el encuentro terminó de la manera más justa, con reparto de puntos tras un partidazo en un ‘clásico’ que no decepcionó.