Si duda la de ayer fue una de las mejores tarde para el FC Barcelona en lo que llevamos de año. Unas horas antes de la semifinal de la Supercopa de España, se conocía que el CSD le había concedido la cautelar para que pudieran inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor. Fin a un culebrón que va a traer mucha polémica. Ya lo dijo Iñaki Williams tras el partido: «Parece que las normas no son iguales para todos».
En lo que al fútbol se refiere, se enfrentaban dos de los equipos que más ritmo le meten a los partidos, con presiones asfixiantes y salidas de balón muy rápidas. Volvía Lamine Yamal tras la lesión y Nico Williams, con el tobillo tocado, esperaba su momento en el banquillo.
La realidad es que el encuentro comenzó un poco lento. Al Athletic parecía darle miedo ir a buscar al Barça, y los de Flick tocaban y tocaban. Lamine empezó a carburar y a dejar maravillas junto a Pedri. El centrocampista español está en una de los mejores momentos de su carrera.
En el minuto 17, Raphinha recuperó un balón en el centro del campo que permitió la internada de Balde por la izquierda, quien puso un balón atrás para que Gavi adelantase a los blaugranas. Era su primer gol desde que volvió tras su grave lesión de rodilla.
El tanto no activó en la presión a los de Valverde, de hecho, el Barça tuvo varias ocasiones para ampliar la ventaja, pero Unai Simón se puso en modo salvador. Poco a poco fueron acercándose a la portería de Szczesny, titular tras el retraso a una charla de Iñaki Peña. El polaco estuvo excelso en su segundo partido y sacó dos goles cantados a Iñaki y Guruzeta.
El Athletic trató de salir a la segunda mitad como había terminado la primera, causando problemas a los catalanes. Pero el enésimo error en la salida de balón les condenó, regalándole la pelota a Lamine Yamal para que definiera de manera perfecta y pusiera el 2-0.
Valverde respondió al golpe sacando al terreno de juego a Nico, y Flick quitando a un Lamine al que tenía que dosificar. Le vino bien al equipo vasco la entrada de su mejor jugador, que trató de meter a su equipo en el partido. Al final el que casi lo consiguió fue su hermano con un gol en el minuto 86, pero el VAR lo anuló, de manera bastante polémica, tras la pérdida de De Jong que se consideraba fuera de juego.
El Barcelona se metía en la final del domingo y cerraba una tarde para el recuerdo. De momento, los 40 equipos restantes de LaLiga se preguntan si el CSD hubiese sido tan benevolente con ellos.
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