La alegría por el ascenso del millar de aficionados del Hércules desplazados a Irun (Guipúzcoa) para animar a su equipo en el Stadium Gal ante el Real Unión contrastaba con la tristeza de los seguidores locales, que han visto esta tarde confirmado el descenso inevitable a Segunda B.
La afición herculana ha podido disfrutar de un partido relativamente tranquilo y, desde que su equipo se adelantó en el marcador mediada la primera parte, apenas han visto peligrar la victoria que les ha permitido dejar atrás la Segunda.
Los seguidores del conjunto alicantino no han parado de animar a sus jugadores, sobre todo, en la recta final del encuentro, cuando veían que el objetivo por el que estaban luchando durante todo el año ya estaba en sus manos, tras 14 años alejados de la máxima categoría del fútbol español.
Al término del partido, una marea blanquiazul ha invadido el césped del Stadium Gal para festejar con los jugadores del Hércules el ansiado ascenso. Los abrazos entre los herculanos y sus aficionados sobre el
terreno de juego han dejado, sin duda, las imágenes más emocionantes de la tarde.
Las celebraciones se han trasladado luego al vestuario, mientras la afición ha esperado con continuos cánticos en el exterior del campo hasta que los jugadores han subido el autobús. La alegría de todo el entorno del Hércules ha contrastado con la tristeza que ha dejado en Irún el descenso a Segunda B, y es que el Real Unión apenas ha estado un año en Segunda.
Hay que destacar que, a pesar de todo, la afición unionista ha vuelto a demostrar su fidelidad a su equipo y ha animando al término del partido a los jugadores que entrena Iñaki Alonso, un técnico al que los medios locales han ovacionado en sala de prensa.