El nuevo entrenador del Sevilla, José Miguel González Martín del Campo, ‘Míchel’, se mostró este martes «convencido» de ser capaces de «revertir la situación» del equipo, pero también dejó claro que la solución no está sólo en el banquillo sino, sobre todo, en los jugadores.
«La solución no la tengo que poner yo solo. Tengo una idea de cómo dar un rumbo al juego, pero dependemos de los jugadores en el terreno futbolístico y emocional, de su compromiso», señaló Míchel, durante la rueda de prensa de su presentación.
Así, tiene claro que «los jugadores son listos para darse cuenta de lo que ha pasado» y confió en su calidad para iniciar la mejoría tras siete jornadas ligueras sin ganar. «Tenemos el diseño de trabajo que explicaremos y seguro comprenderán. Saben de la situación por la que pasa el equipo y que no tiene que pasar más tiempo. Son ellos los que deben darse cuenta. Ya ha pagado los platos rotos alguien y ahora, los demás que estamos aquí, tenemos que arrimarnos y no darle ventaja al rival», expresó.
«Tengo una idea del fútbol e intentaré trasladarla e implantarla, pero no sería posible si los jugadores no tuvieran el nivel que tienen. No conozco a nadie que juegue bien al fútbol y no sea campeón. Hay plantilla y equipo para ello», confió.
Míchel dejó claro que, como «muy buen aficionado al fútbol» que es, conoce a la plantilla del club hispalense, pero no porque haya estado a la espera de que le llegara una oferta para sustituir a Marcelino. «No he dicho no a ningún club esperando la oportunidad del Sevilla, sería una incongruencia querer que al Sevilla le fuese mal. Y claro que conozco al equipo, soy muy buen aficionado al fútbol y conozco a la plantilla. Es difícil no conocerla por la cantidad de buenos y grandes jugadores que tiene», argumentó.
Mensaje de «ilusión y responsabilidad»
El madrileño entiende que llega a la entidad «en una situación anómala» y destacó que «enseguida» ha «podido captar lo que significa» un club que ha «sufrido como futbolista y entrenador y disfrutado como aficionado» y que ahora quiere «disfrutarlo como su entrenador».
«Sé lo que significa venir al Sevilla, de ahí mi responsabilidad e ilusión», resaltó, repitiendo su «mensaje»: «Quedan tres meses de competición y estoy tremendamente ilusionado por que el Sevilla esté donde debe estar. Pero no lo podemos lograr solos, necesitamos de todos y será al final cuando se evalúe. Pero, por nuestra parte, estamos convencidos de que revertiremos esta situación».
De todas formas, aunque él se reconozca «optimista por naturaleza», también se declaró «realista» y sabedor de que no pueden vivir de la rentas sino empezar a trabajar para cumplir los objetivos paso a paso e intentar acabar lo más arriba posible. «No podemos hacer nada si pensamos que somos ese Sevilla campeón, tenemos que demostrarlo en el campo. Con las posibilidades que ofrece esta plantilla, el equipo no se tiene que plantear ser tercero, sino puede tener en mente cualquier objetivo y cualquier meta», reseñó.
«El Sevilla es un club lo suficientemente importante como para que piense en esas metas, conmigo como entrenador o con otro. Está claro que entrenar al Sevilla no es cualquier cosa, además el Sevilla siempre ha revalorizado a sus entrenadores. Es un gran club y eso no lo puede olvidar uno. Sé perfectamente en qué club estoy y qué equipo manejo», sentenció Míchel.
Estrella Digital/EP