Tras la derrota liguera frente al Granada y la eliminación en los cuartos de final de la Champions League, el panorama en Can Barça no puede ser más desolador. La final copera se mira con mas miedo que esperanza, puesto que un triunfo no termina de salvar la temporada y una derrota puede tener consecuencias desastrosas.
Por eso, lo único que le queda al Barça es mirar al futuro. La directiva azulgrana tiene fe ciega en que la sanción de la FIFA quedará en nada y se escuda en casos como los del Chelsea para confiar en sus posibilidades. Lo cierto es que la idea del Barça no es muy descabellada y que por otro lado no tienen otros sitio donde agarrarse.
La plantilla actual está caduca. Puyol, Xavi y Valdés tienen poco más que decir de azulgrana, mientras que la defensa lleva años siendo un circo. Ahora la portería queda desierta y el centro del campo necesita aire fresco. Demasiado para que la todopoderosa Masía pueda tapar las carencias.
De esta forma, un día después de la derrota más dolorosa del curso, con los futbolistas insultados en su llegada a la Ciudad Condal, la prensa afín al club prefiere mirar al futuro. El devenir del Barça pasa por la contratación de un central que se eche el equipo a la espalda. El elegido es Thiago Silva.
El Barça necesita un central fuerte que se sepa anticipar al contrario y con grandes condiciones atléticas, para suplir la marcha de Puyol. El brasileño tiene todo esto y también aporta el toque necesario para salir desde atrás como gusta en el ‘estilo Barça’.
Asimismo, el Barça continúa muy atento a su situación. La dirección deportiva no se ha detenido ni un momento pese a la prohibición de la FIFA y conoce las sensaciones encontradas que tiene Silva. El central del PSG no se encuentra cómodo con su técnico, Laurent Blanc, que tampoco agrada a otros compañeros de equipo como Cavani.
La derrota frente al Chelsea escoció mucho en Paris. Muchos jugadores piensan que el proyecto no termina de cuajar, pese al dinero invertido, y consideran un cambio de aires. No obstante, el fichaje no será barato. Llegó al nuevo rico de Francia en 2012 por 42 millones y difícilmente saldrá por una cantidad muy inferior, sea al Barça o a cualquier otro destino.