La familia en esta vida es lo más importante, de eso no hay ninguna duda. Sin embargo, Federer es de los que lleva esa afirmación hasta las máximas consecuencias. Curiosamente, el bajón de rendimiento del que para muchos es el mejor tenista de la historia coincide con su estreno como padre, que se produjo en 2009.
Después de esa temporada donde arrasó con todos, el rey del Grand Slam solo ha ganado dos torneos de esa máxima categoría. El primero el Open de Australia de 2010, cuando todavía conservaba su mejor estado de forma, y el segundo en 2012, cuando con las bajas de algunos de los mejores amenazó con volver a su mejor versión, pero no hubo manera. Es difícil ganar en un deporte tan competitivo, cuando sus prioridades son otras.
El exnúmero uno del mundo ya no se entrena con la misma intensidad que antaño. Ni siquiera el fichaje de Stefan Edberg a final de año tuvo el efecto esperado. Sin embargo, aunque su estado físico no era el mejor y la espalda tampoco le ayudó demasiado el año pasado, Federer sigue conservando una mano fantástica que le permite llegar lejos en algún torneo sin prepararlo demasiado. En cualquier caso, muchos piensan que el helvético se está engañando a sí mismo y que está emborronando su estadística de victorias de forma artificial. Una retirada a tiempo hubiese sido mejor para algunos de sus críticos.
Además, su ausencia en Madrid es incomprensible en la mente de muchos deportistas. Pocos dejan de jugar por ser padres, aunque toda decisión en este aspecto es respetable. Pero si su hambre en el tenis ya empezaba a disminuir con una pareja de gemelos, la cosa con dos empieza a ser todavía más preocupante.
Ni siquiera el hecho de que su esposa, Mirka Vavrinec, fuese tenista parece servir de motivación para Federer. De hecho, Roger se planteaba también su baja en Roma por el mismo motivo, pero fue su mujer, junto con todo su equipo técnico, los que le empujaron a estar en Italia.
Asimismo, el suizo no llegó muy convencido y el descalabro fue mayúsculo. Chardy le eliminó a las primeras de cambio en un día marcado por el viento. No obstante, Federer señaló que esa derrota no le dolía porque lo había intentado todo. En realidad, pocos fracasos deportivos le importan ya.