El Atlético de Madrid ha recuperado el trono de la Primera División española 18 años después de su última conquista, la temporada del doblete (1995/96), tras una sensacional campaña que se ha visto culminada con el empate ante el FC Barcelona en el Camp Nou.
El conjunto colchonero se convierte así en el primer club que rompe el duopolio construido por Real Madrid y Barcelona en las últimas nueve temporadas, habiendo cosechado tres títulos los merengues y seis los culés, además de establecer la puntuación más alta de su historia (90).
La 'décima' Liga del Atlético llega tras una temporada marcada por la prudencia de su entrenador, Diego Pablo Simeone, quien se empeñó desde un primer momento en calificar de «aburrido» al campeonato. «Sigo convencido de que la Liga es aburrida. Hay pocas posibilidades para todos los equipos que no sean Madrid o Barcelona», decía el 'Cholo' en noviembre.
Sin embargo, el Atlético mantuvo el pulso y superó el tramo más complicado del curso en el mes de febrero –pese a la eliminación en la Copa del Rey ante el vecino–. Los rojiblancos lograron alcanzar los octavos de 'Champions', tras una fase de grupos impecable y eliminaron al AC Milan, en la primera eliminatoria, con mucha contundencia.
El esfuerzo realizado en el 'Viejo Continente' y las primeras bajas condicionaron a un Atleti que vivió su tramo más sinuoso a finales de este mes. De hecho, los del 'Cholo' sólo ganaron un partido de los tres anteriores (3-0 al Valladolid) a la visita del Real Madrid al Calderón.
Aquél 2-2, el primer fin de semana de marzo, dejó al Atlético en tercera posición, a tres puntos del Real Madrid, pero con el 'gol-average' ganado por el triunfo en la primera vuelta. Simeone, en sus trece, daba como favoritos a los dos gigantes, argumentado –una vez más– por la fuerza de la clasificación.
No obstante, el discurso del técnico continuó siendo el mismo pese a los pinchazos de Real Madrid y Barcelona que pronto le catapultaron a la primera posición, precisamente en la jornada 29, coincidiendo con el 3-4 de los culés en el Bernabéu. Nada cambió. «Cuando queden cuatro fechas hablaremos del campeonato. Ya veremos, todavía es demasiado pronto».
Pero nada ni nadie hizo girar el empecinamiento de Simeone, que insistió en la «responsabilidad» con ellos mismos, pero sin añadir presión a su plantilla, que se mantuvo firme en el tramo decisivo. La derrota en el Ciutat de Valencia, la única en las diez últimas semanas (el resto fueron victorias) no ha impedido que les privasen de la gloria.
El técnico que agitaba la bandera en 1996 como centrocampista, hoy la agita desde el banquillo y junto a su afición, aquella que le idolatra por encima de cualquier futbolista. Hay reside el éxito de este Atlético, donde nadie está por encima de nadie. El grupo es la fuerza; su líder, el camino.