El Balón de Oro de 2010 dejó muy claras las preferencias de la directiva azulgrana dentro del vestuario. Por aquel entonces, tres jugadores azulgranas fueron nominados para recibir el premio individual más prestigioso y, mientras en España se hacía campaña para que ganase Iniesta, en Barcelona se pidió el voto para Messi, como si les fuera la vida en ello.
Sin embargo, es difícil discutir con Iniesta, que también prefirió mantenerse en un segundo plano. Al de Albacete nunca le han importado que los aplausos se los lleven otros, pero esta temporada algo ha cambiado para él. El club decidió prescindir de su amigo, el fisioterapeuta Emili Ricart, y eso complicó su renovación. Exigió que su sueldo se equiparase a lo que hace dentro del terreno de juego y al final consiguió el reconocimiento económico, pero no el personal.
Cuando todo el mundo daba por hecha la contratación de Luis Enrique, el centrocampista de ‘la Roja’ se mantuvo fiel a Martino y aseguró que era el mejor entrenador que podía tener el Barça. Parecía que se olía lo que estaba por llegar. La revolución de Luis Enrique va a ser gigantesca y, como siempre, no lloverá a gusto de todos.
Messi sigue siendo intocable y se le intentará agradar como en los últimos años. Este año a Iniesta le correspondía dar un paso adelante en el vestuario y de hecho ya lo dio en las últimas jornadas de la Liga que acaba de concluir cuando Valdés y Puyol no estaban y Xavi pensaba en otras cosas. Con la más que posible marcha de Xavi, Iniesta debía ser el capitán indiscutible, pero el Barça se empeña en ponérselo difícil.
En la época en la que Luis Enrique era jugador, la entidad elegía los capitanes por votación y el técnico asturiano ha decidido recuperar esta fórmula: “Los capitanes son vitales porque son los representantes de los jugadores. No han de ser los más guapos ni los más veteranos sino los referentes del equipo. Por eso se tienen que votar. A mí ya me pasó cuando yo fui escogido como capitán. Los capitanes han de ser los portavoces y los emisarios de la plantilla. Yo no voy a estar hablando cada día con todos los jugadores, para eso están los capitanes. Para exponer lo que ellos consideren que necesita el equipo y yo entonces tomar una decisión. Está claro que la comunicación entre el entrenador y los capitanes ha de ser muy fluida. Si algo no les gusta lo tienen que decir”, aseguró el técnico en una entrevista concedida a Barça TV el día de su presentación.
Queda claro que el gran beneficiado de todo esto será Lionel Messi, ya que no votarle puede ser considerado como un feo por parte de la entidad. Después, si continúa, por su experiencia, Mascherano es un hombre con mucho peso en el vestuario y también tiene muchas papeletas para entrar en la terna de capitanes. Asimismo, Piqué también es otra voz autorizada dentro del vestuario.
En cualquier caso, hay que recordar que otros equipos siempre mantienen la jerarquía de la veteranía en este aspecto y se evitan polémicas innecesarias siendo elegantes con los jugadores que llevan años ligados a sus colores. Además, en el Barça hay que señalar que Ronaldinho fue uno de los capitanes del equipo, cuando más salía de fiesta y más tiempo pasaba en el gimnasio. Un capitán está para dar ejemplo y las estrellas muchas veces no son perfectas. Un hombre que conoce la casa desde siempre parece la opción más adecuada.