Diego López no está pasando su mejor momento como futbolista. Se encuentra cómodo en Milan, pero una lesión le ha impedido mostrarse como se esperaba. Lleva cinco partidos sin jugar, aunque ya última su preparación y viaja con el equipo.
Por eso, el gallego aprovechó la inactividad deportiva para dar una sorpresa a un fan en el programa ‘Hay una cosa que te quiero decir’ de Telecinco. Diego mostró su lado más humano con el chaval que quiere llegar a ser portero profesional y lució simpático en un foro muy diferente de los que está acostumbrado. La semana pasada fue Iker el que intentó acercarse a su público con una entrevista y en esta le tocó a Diego hablar distendidamente.
Primeramente, el portero habló de sus inicios en el fútbol en los que compaginaba los entrenamientos con una labor de estudiante en la que destacaba, para después analizar su paso por el Real Madrid. De hecho, no se escondió cuando el presentador le preguntó por la animadversión que generaba en algunos. «Iker llevaba mucho tiempo en el club y la gente no concebía a otra persona en la portería del Real Madrid. En este año y medio demostré que con trabajo, y haciendo las cosas lo mejor que sabe uno, se podía competir y que sería el entrenador quien decidiese al titular».
En cualquier caso, Diego ratificó las palabras de Casillas, cuando dijo que nunca existió una tensión especial.»Nunca hemos tenido ningún problema. Nos conocemos desde hace muchísimos años y aunque cada uno lucha por lo suyo en el campo, es evidente, las cosas fuera son normales. Es todo un poco más lo que mueve el fútbol y el Real Madrid que lo que realmente hay», declaró el gigante milanista.
Además, tampoco quiso entrar en polémicas con Ancelotti al explicar los motivos de su marcha. «Fue todo rápido y precipitado. En principio, no tenía la idea de cambiar. Estaba bien y confiaba en mis posibilidades. Pero se desarrollaron una serie de acontecimientos que me hicieron pensar y valorar otras opciones», dijo el lucense.
Por otra parte, también analizó su primera etapa en la portería blanca. «Con 23 años ya estuve tres años en el primer equipo. Aprendí muchas cosas de Iker. Considero muy importante fijarte en lo que tienes alrededor y más de porteros como Iker u otros que he tenido la suerte de tener al lado. Aprender viendo partidos por la tele y seguir formándose. Me fui porque creía que podía ser algo más que un segundón. Me fui a un gran club como el Villarreal, donde estuve cinco años magníficos», finalizó.