La titularidad de Piqué era toda una incógnita antes del ‘Clásico’, pero finalmente volvió al once inicial en un partido importante, cuando el técnico no había confiado demasiado en él al comienzo de la temporada. Piqué no está bien desde el año pasado y lo evidenció en este encuentro.
El central tuvo la desgracia de resbalar con la mano estirada y hacer el penalti que permitió que el Madrid se pusiera por delante en el marcador. Además, el balón ya le había dado en la mano dentro del área tras un cabezazo de un jugador madridista. Tal vez, sea simple mala suerte en esas jugadas, pero en muchas ocasiones las desgracias ocurren fruto del nerviosismo. El '3' azulgrana pasa demasiado tiempo con la mente en cosas que tienen poco que ver con el fútbol y se queja de una decisión arbitral acertada para justificar la derrota, en lugar de hacer un mínimo de autocrítica.
El central azulgrana lleva tiempo jugando intranquilo y eso se nota en cada lance del juego. Al final del partido, el Barça dejó espacios en el centro del campo, el Madrid corrió con espacios y Piqué quedó en evidencia. Se dejó comer la posición en muchas jugadas y el mal no fue mayor porque Mascherano fue el bombero que lo apagó casi todo.
Por otro lado, Alves estuvo completamente desaparecido en ataque y volvió a demostrar que ya no es el que era. No se entiende que Montoya no juegue nunca en este equipo, cuando iba para crack en la cantera, sobre todo en partidos como este en el que el lateral se limita a defender. Además, el problema tiene muy mala pinta para el Barça porque el año que viene no podrá reforzarse.
Marcelo, Isco y Cristiano superaron al brasileño en todas las opciones en las que le encararon. De hecho, da la sensación de que el Madrid vuelca más el juego a ese lado cuando juega contra el Barça porque le tienen señalado como el punto débil.
Sin embargo, para ser justos, Alves contó con muy pocas ayudas por su lado y casi siempre tuvo que enfrentarse a sus rivales en superioridad. Asimismo, Marcelo jugó mucho más cerca del extremo porque ni Messi ni Luis Suárez entraron por esa banda y no tenía demasiada necesidad de guardar la posición.