La mejor forma de respetar a un rival en el deporte es entregarse hasta el último momento, aunque la estadística diga que un equipo es mucho mejor que el otro. De esta forma, las posibilidades de remontadas se reducen y se evitan gestos feos propios del exceso de confianza, como intentos de regates absurdos o celebraciones que humillan al rival mucho más que un gol en contra.
Sin embargo, en el fútbol no paran de darse situaciones absurdas todos los fines de semana con los dirigentes de por medio, pero lo de esta semana roza el esperpento. La Delegación Sevillana de la Federación Andaluza de Fútbol (FAF) ha solicitado al Colegio Andaluz de Entrenadores que sancionen a los técnicos del Aznalcázar alevín por marcar demasiados goles a su rival.
El delito de estos entrenadores fue dejar que sus chicos jugasen a tope durante los 70 minutos que duró el partido, en el que los chavales marcaron más de un gol cada dos minutos. En total fueron capaces de endosarle 53 tantos al Palomares Junior y además mantuvieron su portería a cero.
No existe constancia de que en el partido hubiese más patadas de la cuenta, ni de que los jóvenes del Aznalcázar celebrasen con especial euforia ninguno de los tantos. Tampoco hablan los informes de risas ni burlas, ni con el balón de por medio ni sin él, pero la gente de los despachos no tiene otra cosa que hacer que ir contra estos humildes monitores. No obstante, habría que ver si las autoridades tendrían la misma visión si un alevín del Real Madrid mete una paliza semejante a otro conjunto menor y el entrenador es un famoso exfutbolista.
En cualquier caso, justifican la sanción diciendo que existe “malestar general en el órgano de disciplina federativo porque se trata de un fútbol de formación en el que el marcador es lo de menos”. Aunque en realidad se podrían haber ahorrado esa argumentación ya que las goleadas en estas categorías son muy frecuentes y el golaveraje abultado puede decidir algunas posiciones, igual que en Primera. Sin embargo, si lo que quieren desde la Federación es que se eviten este tipo de “resultados dañinos” lo que deberían hacer es regularlo. Por ejemplo, podrían dejar de contabilizar los goles a partir de una “cifran honrosa”, en lugar de amonestar a unos entrenadores que solo piensan en el desarrollo de sus chicos.
Además, añaden una serie de lindezas en contra del Aznalcázar diciendo que el resultado “traspasa la frontera de la humildad” y es “antideportivo y dañino”, teniendo en cuenta que los jugadores del equipo contrario solo tenían once años y el Palomeras Junior decidió retirarse de la competición tras ese partido. Por último, los responsables de la Federación dicen que es normal que los padres quieran que sus hijos marquen más goles, pero que los entrenadores deben transmitir la calma por lo que “había que dar un tirón de orejas a los monitores del Aznalcázar”.