La Federación de fútbol de Chipre ha tomado este martes la decisión de posponer durante una semana todos los partidos de Liga y Copa, después de un boicot efectuado por los árbitros locales en respuesta a la violencia vivida contra sus respectivas familias.
Por tanto, se pospondrán los encuentros correspondientes a la competición nacional que estaban programados hasta el próximo 26 de enero, tal y como aseguró la Federación chipriota a través de un comunicado en su página web.
Los máximos dirigentes del balompié en Chipre adoptaron esta resolución tras un atentado con bomba el pasado domingo, contra el hogar de la madre de un árbitro.
Aunque nadie resultó herido, fue la última de una serie de amenazas contra el colectivo arbitral, el cual también sufrió un ataque con una bomba casera el pasado mes de octubre en su oficina principal.