La absurda guerra médica que vive el Real Madrid desde hace años tiene un nuevo capítulo. Sergio Ramos sigue tratándose por el fisioterapeuta Pedro Chueca y quiere demostrar que su hombre de confianza está más capacitado que los trabajadores del club para curarle.
Ramos sufrió una sobrecarga muscular en el Mundial de Clubes que le dejó en una situación muy difícil de cara a la final. El médico del club le dijo que lo mejor era no jugar, pero él se puso en manos de su amigo masajista que le daba muchas esperanzas de poder disputar aquel partido.
Sergio participó en ese choque, marcó y lució como siempre lo hace en partidos claves. Después, siguió jugando con normalidad y no dejó descansar a su cuerpo. Finalmente, sufrió una rotura fibrilar en la misma zona, la musculatura isquiosural en el partido y eso recrudeció la batalla en los servicios médicos blancos.
El médico que entró al club por mediación de José Ángel Sánchez y Florentino decidió entonces apartar a Pedro Chueca por supuestos celos. Pero el jugador se siguió tratando en su clínica con el objetivo de demostrar que el nuevo diagnóstico que le ofrecía el club también era erróneo.
El futbolista se sometió a varias pruebas en el Hospital Sanitas La Moraleja que determinaron que su periodo estimado de baja era de seis semanas. Ya se sabe que en los problemas musculares conviene respetar los plazos de rehabilitación para no sufrir recaídas, pero el jugador no está por la labor.
Quiere estar a disposición de Ancelotti el10 de marzo, para estar de baja poco más de un mes. Su idea es estar completamente apto para jugar en el partido de vuelta de la eliminatoria de octavos de final frente al Schalke 04, a pesar de que el equipo no se juega gran cosa en ese duelo. Se marca ese tope porque es algo personal, mira por él mismo y por Pedro Chueca más que por los intereses del colectivo.
El Madrid se enfrenta al Barcelona en el Camp Nou el próximo 22 de marzo, por lo que lo lógico sería marcarse esa meta para la recuperación. No merece la pena forzar si luego no llega a tope para ese partido. De hecho, lo lógico sería que si se puede hacer trabajo físico antes de tiempo realizase una minipretemporada para estar a tope para los momentos más importantes del año. La posición está muy bien cubierta con Pepe y Varane (con Nacho en la recámara), por lo que no sería una catástrofe que un Ramos a medio gas se perdiese el clásico liguero. Después vendrán compromisos más importantes en Europa en los que habrá en juego más de tres puntos y allí es donde el Madrid necesitará al mejor Ramos, aquel que se hizo leyenda en el minuto 94.