El Bayer Leverkusen derrotó al Atlético de Madrid (1-0) en la ida de los octavos de final de la Champions League y tiene al alcance de su mano algo con lo que nadie contaba. Si marca un gol en el Calderón, los cuartos de final se le complicarán muchísimo al Atlético.
Los rojiblancos perdieron todos los balones divididos y no fueron ni la sombra del equipo que llegó a la final el año pasado. Tuvo más ocasiones que juego, pero se libró de un resultado mucho peor. Tiago dejó al equipo con diez en la última fase y la entrada de Torres en el campo no cambió absolutamente nada.
Simeone alineó a su equipo habitual con la única novedad de Saúl en el lugar del ausente Koke. Por su parte, Scmidt recuperó a Bender y realizó varios cambios con respecto al último partido de Bundesliga que su equipo empató contra el Augsburg.
Se enfrentaban el tercero de la Liga contra el sexto de la Bundesliga y el encuentro parecía ofrecer pocas alternativas al triunfo español. Sin embargo, el Atleti entró al choque como lo hizo en su último enfrentamiento contra el Celta y el Bayer demostró que los rojiblancos son vulnerables si se les iguala en intensidad.
Los alemanes llegaban primero a todas las pugnas y mostraban un estilo de juego agresivo que ahogaba a los del Cholo. El Atleti recibía de su misma medicina, con una ligera diferencia con respecto al partido de Vigo. Esta vez el Atlético no tenía el control, pero al menos tenía las oportunidades. Mientras tanto, Godín y Miranda se encargaban de sostener a sus compañeros porque este grupo puede jugar mal, pero nunca concede demasiadas opciones de gol a sus rivales.
El portero del Leverkusen también jugó
Griezmann tuvo la primera en un remate de cabeza certero, en el que no remató con demasiada convicción porque pensaba que estaba en fuera de fuego, pero un defensa se había quedado enganchado. Despues, Spahic casi revienta el larguero con un disparo potentísimo desde 30 metros que Moyá no pudo ni ver.
Drmic dispuso de otra buena ocasión en un cabezazo, pero la acción más peligrosa de la parte final de la primera parte llegó de las botas de Tiago. El portugués conectó una tijera desde el corazón del área, pero Leno firmó un paradón a contrapié que hizo que se marchara al descanso ovacionado.
Además, las noticias desde la enfermería no eran nada buenas para los rojiblancos, ya que Saúl y Siqueira tuvieron que dejar su sitio a Raúl García y Jesús Gámez por sendas lesiones. Simeone se quedaba sin margen de maniobra y las cosas se le iban a poner todavía peor al inicio del segundo acto.
El Atlético seguía llegando tarde a todos los balones divididos y la velocidad de Bellarabi y compañía les creaba demasiados quebraderos de cabeza. De hecho, el extremo se lució en una de sus galopadas, para dejar de tacón el balón a Calhanoglu en zona de gol. Después, el turco también hizo lo suyo con un uno-dos mágico que dejó tirado a su par y con un trallazo ante el que nada pudo hacer el cancerbero colchonero.
Mucho se había hablado esta semana sobre que el Atleti solo juega cuando Arda está en el campo, pero este miércoles ni con esas. Simeone utilizó su último cambio para quitar a Turan y meter a Torres en el campo. ‘El Niño’ tuvo en sus botas la opción para empatar el partido en un balón suelto, pero su remate fue inocente a las manos de Leno.
Drmic casi marca el segundo en la contra de esa jugada y el Atlético tenía motivos para temer por sus espaldas. El árbitro anuló correctamente un gol a Torres en un saque de esquina porque el lanzamiento de Griezmann había salido para volver a entrar en el terreno de fuego. El Atlético sufría, pero parecía que en cualquier jugada podía entrar en el partido, aunque Tiago se encargó de ponerlo absolutamente cuesta arriba. Vio la segunda amarilla en una entrada innecesaria y el Atlético ya solo pensaba en llegar con vida al Calderón.
Papadopoulos tuvo la eliminatoria en un balón que se le quedó muerto en el área justo después de la expulsión, pero no supo resolver y su equipo no se volcó en los minutos que le restaban al partido, aunque estaba con uno más. El Atlético, como reconoció Gabi tras el choque, ya estaba contento con no recibir otro gol más.