Los blancos perdieron 3-4 frente al Schalke 04 en el Estadio Santiago Bernabéu. Un Madrid frío que en ningún momento supo controlar el ritmo del partido. CR7 y Huntelaar fueron las dos principales bazas en ataque de cada uno de los dos equipos con dos tantos cada uno. El Bernabéu y los hombres de Ancelotti terminaron pidiendo la hora.
Con el bullicio de los alemanes en la grada del Bernabéu arrancó un partido plácido, sin apenas parones en los primeros minutos de encuentro. El Schalke en un intento de darle emoción a la eliminatoria intentó adueñarse de la bola. Nada más pudo hacer porque las primeras ocasiones claras del partido fueron para los blancos. De hecho, una internada de Karim Benzema por la banda izquierda estuvo a punto de acabar en gol.
Con Khedira y Kroos en el medio, Isco comenzó a sentirse más libre en los tres últimos cuarto de campo. El toque cerca del área alemana aumentaba, con el malagueño siempre como protagonista. Pero el equipo de Di Matteo no quiso perderse en el partido y se fue arriba. Meyer y Bernetta por banda fueron los jugadores más peligrosos. De hecho el primer gol de Schalke nació de la banda derecha. Chupo-Moting colgó un balón al área que le cayó a Fuchs que acribilló a Casillas sin piedad. El cancerbero blanco tocó la bola pero no pudo hacer nada más. El Schalke daba la campanada en Chamartín y el Bernabéu se impacientaba con una enorme pitada.
Poco les duró la alegría a los de Gelserkincher. Escasos tres minutos después empató Cristiano Ronaldo a la salida de un córner. Kroos la puso y el portugués la colocó en la escuadra de la portería de Wellenreuther. El portero alemán no pudo hacer nada.
El gol de CR7 activó a sus compañeros que rápidamente comenzaron una presión alta, especialmente Benzema, que era el primero que corría tras la pelota. Consecuencia: el Schalke perdía antes la pelota. Aunque lejos de amilanarse los alemanes siguieron atacando y llegó el segundo gol. Una pelota quedó en la frontal del área a merced de Huntelaar que la colocó en el fondo de la red, un minuto después de estrellar el balón en la escuadra. El cazador cazó a los dos centrales blancos y le dio emoción a la eliminatoria, con tan sólo cinco minutos por delante para acabar la primera parte.
Todo hacía indicar que los jugadores blancos iban a emprender el camino a vestuarios con una enorme pitada (también se la llevaron) cuando Coentrao puso un balón medido a la cabeza de su compatriota. Ronaldo, de nuevo de cabeza, batió a Wellenreuther y puso las tablas en el marcador. Así acababa una primera mitad muy entretenida.
Los pitos al descanso se sustituyeron rápidamente por los aplausos al croata Luka Modric que salió a calentar nada más empezaron los segundos 45 minutos. La esperanza para que el juego blanco mejore ya estaba sobre el césped del Bernabéu. Aunque poco cambió ya que los de Di Matteo se vinieron arriba y el Madrid se cerró atrás a esperar a la contra. En una llegada del Madrid, Coentrao encontró a Benzema sólo en el punto de penalti, le dio la pelota para que delantero amagara dos veces para dejar al portero y a Matip en el suelo y puso el esférico dentro de la red. Los blancos se adelantaban en el Bernabéu y la eliminatoria se sentenciaba aún más.
No iba a terminar aquí el festival de goles a orillas de la Castellana. Sané fue el autor del tercero. El mediapunta recogió una bola en la frontal y quitó las telarañas de la portería de Casillas. Ponía el 3-3 en el marcador justo antes de que Modric y Marcelo entraran al campo por Khedira y Coentrao respectivamente.
El Schalke seguía a los suyo y sus aficionados celebraban como goles los saques de esquina a favor, casi todos desde el lado izquierdo. Y sí la banda de Arbeloa fue por donde más entraron los alemanes. El canterano estuvo algo más que despistado durante todo el encuentro.
Pasaban los minutos en el campo y lo único que se escuchaban eran los cánticos de los aficionados alemanes que no pararon de animar en todo el partido. Quizás estos cánticos instigaron a Huntelaar a meter el cuarto gol del equipo alemán, el segundo en su cuenta personal que a cinco minutos del final del partido metía al Schalke en la eliminatoria. Tocaba sufrir en el Bernabéu, sufrir o perder tiempo y a eso se limitaron los jugadores blancos mientras las gradas pitaban y pitaban. Cura de humildad para el Real Madrid que sigue jugando igual de mal que en este 2015. Queda mucho trabajo por hacer en Valdebebas.