El Atlético de Madrid superó a la Real Sociedad (2-0) en un plácido partido dominado de principio a fin por los discípulos de Simeone que les acerca más a la tercera plaza definitiva. El equipo colchonero se está especializando en marcar en los primeros instantes y en esta ocasión liquidó el partido en tan solo diez minutos.
Los rojiblancos vencieron gracias a Koke, que parece que no hace nada, pero lleva veneno en todas sus acciones. Sus saques de esquina y sus disparos de media distancia son un filón para los delanteros en las segundas jugadas. El Atlético no puso demasiada poesía en esta jornada, pero sí mostró una solidez que asusta. Además, Oblak lo borda en cuanto tiene ocasión.
El Cholo volvió a confiar en Siqueira, Giménez y Torres para cubrir las bajas y dejó a Gabi en el banquillo, mientras que Moyes tuvo que hacer frente a las sanciones de sus dos centrales titulares y alineó un once sin Aguirretxe y Granero. Sin embargo, el planteamiento del técnico británico se vino abajo a las primeras de cambio.
El Atleti entró muy enchufado al partido y en poco tiempo arrinconó a su rival. No necesito bordar el fútbol, ni dominar de forma apabullante para marcar dos goles en diez minutos. Además, pudo hacer un tanto más, pero el remate de Arda, nada más empezar el partido terminó en el poste.
Justo después, llegó el gol de Mikel González en propia puerta. Koke sacó el córner al barullo del primer palo y el central no acertó a despejar con tanto tráfico. Además, el segundo llegó sin que la Real tuviera ningún margen de reacción. Esta vez, Rulli no estuvo nada acertado en un lanzamiento desde la frontal de Koke y su despeje se quedó franco para Griezmann, que fue el que más rápido llegó al balón centrado.
Dominio absoluto
El Atlético tenía otra vez resuelto el partido a las primeras de cambio y a partir de ahí se dedicó a administrar el marcador sin pasar ningún apuro. De hecho, los txuri urdines solo se acercaban con tímidos lejanos y estaba mucho más cerca el tercer gol rojiblanco. Griezmann estaba este martes muy activo, aunque Torres no le acompañaba.
Por eso, Koke estuvo muy cerca de marcar su golito. Metió un centro al área que se fue envenenando y chocó contra el larguero justo antes del descanso, cuando Rulli estaba ya completamente batido. Tras la reanudación, más de lo mismo. La Real no tenía suficiente capacidad para mandar en el Calderón y las mejores llegadas eran protagonizadas por los colchoneros.
En cambio, el Atlético no desenchufó completamente el juego de ataque como hace otros días con resultados similares. Se mantuvo a buen nivel hasta el final y eso permitió que no sufriera en absoluto. Pero las ocasiones brillaron por su ausencia y el público se tuvo que entretener con otras cosas, prueba de ello fueron los silbidos a Canales y la impresionante pitada que se llevó Granero al sustituir a Castro en los últimos minutos. Finalmente, el exmadridista hizo más en los instantes de la basura que el resto de sus compañeros en todo el partido. Lanzó una falta a la mismísima escuadra que obligó a Oblak a firmar un auténtico paradón.