El Madrid firmó un buen encuentro frente al Eibar. Los blancos estuvieron muy serios este fin de semana y jugaron bien durante la primera parte, pero la faena tampoco pasará a la historia del club. Un 3-0 contra un modesto que no es para abrir la puerta grande de uno de los mayores templos del fútbol. Solo sirve para que sus aficionados se vayan contentos a casa y con esperanzas de llegar a las semifinales de la Champions League.
El Madrid se juega más de media temporada en la eliminatoria frente a su vecino contestón. El futuro de Ancelotti depende de estos dos partidos y en el club la fecha está marcada en rojo como para la mayoría de los aficionados. Sin embargo, algunas maniobras de la directiva de Florentino Pérez chirrían claramente.
Este sábado, la cúpula madridista quería mandar un mensaje a su rival. Acordó con ‘sus ultras’ de la nueva grada sur que cantaran una frase al final del partido. Estos 'soldados' de Florentino obedecieron porque saben que si quieren seguir en esa zona del campo tienen que tener un comportamiento ejemplar y eso quiere decir que tienen que hacer todo lo que el club les mande.
“¡Qué salgan los jugadores!», gritaban los aficionados más ruidosos, como si el partido frente al Eibar hubiese sido propio de una hazaña histórica. Normalmente, estos aficionados se van en cuento pita el árbitro, como hace el resto, pero esta jornada no se movió ninguno de ellos porque sabían lo que iba a ocurrir después.
Malos precedentes
Un grupo numeroso de futbolistas comandado por Sergio Ramos, Casillas, Arbeloa y Marcelo salió para agradecerles su apoyo, mientras que ellos cantaban “el Atleti es de los chinos” y cánticos parecidos con el objetivo de esquivar la censura de Tebas. Esta vez no se escuchó el “puto Atleti” protagonista de la última gran conjura madridista en torno a un derbi.
Alguien pesará que este asunto no tiene nada de malo, pero lo cierto es que se nota demasiado que todo está montado con anterioridad y queda tan artificial que llega a disgustar a algunos madridistas. Además, este tipo de actos tienen que quedar para dentro del vestuario y los jugadores tienen que demostrar su compromiso en el campo. A los socios no les vale con que les den cuatro palmas, tienen que dejarse la vida en el campo.
En realidad, esta fórmula se utiliza para que el Atlético sienta presión viendo los telediarios, pero ya se vio que los jugadores del Cholo no se arrugan por estas historias. Más bien se motivan todavía más al ver un circo tan mal montado. El pasado 10 de enero, Illarramendi, Marcelo, Nacho, Iker Casillas, Varane y Arbeloa saltaron al césped por el mismo motivo tras una victoria por idéntico resultado, aunque en aquella ocasión fue contra el Espanyol. Los blancos necesitaban remontar el 2-0 que le infringió el Atlético de Madrid en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League, pero después del teatro los merengues no pudieron pasar del empate en el Bernabéu y vieron con buenos ojos la eliminación temprana porque eso les permitía descansar.
Por supuesto, el apoyo de la afición y la congregación de aficionados en Concha Espina puede ayudar al equipo, aunque tras el 4-0 su nivel de motivación debería ser el máximo de cualquier manera. Pero la comunión entre equipo y afición se debe producir de forma espontánea. La mediación de la directiva no pinta nada y puede ser contraproducente.
En cambio, Ancelotti sí fue capaz de arengar a los suyos de una forma natural en la rueda de prensa. «El último resultado es una motivación para nosotros pero estamos convencidos de que será un partido distinto. Creo que llegamos en un momento bueno. Estamos motivados para Europa y daremos lo máximo«, aseguró el italiano.