Los madridistas nunca estuvieron tan acomplejados como en el final del año 2010 y el principio del 2011. Los blancos llevaban dos años y medio acumulando derrotas contra su máximo rival, mientras que el Sextete de Guardiola y el juego del equipo culé escocia muchísimo en la memoria blanca. El 2-6 era una herida grabada a fuego en los merengues, mientras que el 5-0 era todavía una realidad que se respiraba en el ambiente.
El Barça era un equipo que estaba marcando una época en el fútbol mundial. Sus mejores futbolistas eran jóvenes. Los culés lo tenían todo para continuar con su dictadura en Europa durante muchos años más y venían con una aureola de equipo invencible. De hecho, el primer partido de Mourinho como entrenador del Real Madrid fue un auténtico despropósito porque pensó que estaba en condiciones de jugarle de tú a tú al mejor equipo de las últimas décadas y puede que de la historia.
Sin embargo, el técnico portugués elaboró un plan anti-Barça para los siguientes duelos y rápidamente recogió sus frutos. El Madrid consiguió empatar en el Bernabéu en el duelo liguero del 16 de abril que precedió a la gran cita. Los madridistas lograron arañar un punto jugando con uno menos durante una gran fase del partido. Eso dio una gran esperanza a su hinchada, pero el resto de aficionados seguía pensando que el partido de Mestalla iba a ser una catástrofe para los blancos.
El vuelo de Ronaldo lo cambió todo
En las radios de los coches de los seguidores de ambos equipos que se dirigían a Valencia, sonaba el famoso 20 de abril del 90 de Celtas Cortos y muchos madridistas soñaban con que esa misma fecha, pero en el 2011 volviera a quedar para la historia. ¡Y vaya si lo hizo! Aquella noche se vio un auténtico partidazo en el que los dos equipos jugaron a un gran nivel y mostraron muchas alternativas.
El Madrid fue superior en la primera parte, pero el Barça apretó de lo lindo en la segunda. Pepe estrelló un cabezazo poderosísimo en el palo, Pinto hizo grandes paradas, pero si el partido llegó a la prórroga fue gracias a Iker Casillas. Cristiano Ronaldo estuvo fallón durante el partido, pero se elevó por encima de todos para rematar un gran centro de Di María. El portugués se ganó su estatus de ídolo madridista indiscutible al firmar un testarazo mágico que solo estaba a su alcance.
Después, el Madrid cayó eliminado en la semifinal de Champions contra los culés, pero aquel sentimiento de inferioridad desapareció para siempre, tanto en el duelo colectivo, como en el personal que protagonizaba Cristiano Ronaldo frente a Messi. El ‘7’ no le había marcado un solo gol al Barça antes del mes de abril del 2011, el 16 lo hizo de penalti y el 20 cambió definitivamente su destino. Actualmente, el Barça es su segundo rival preferido porque le ha metido ya quince goles, solo el Sevilla (18) sufre tanto con ‘el Bicho’ enfrente.
En lo que a enfrentamientos colectivos se refiere, el Madrid ganó al Barça desde el 20 de abril (incluyendo ese partido) en siete ocasiones, empató en otras cinco y perdido en las ocho restantes. Aquel gol de CR no sirvió para cambiar las tornas, pero sí permitió equilibrar las fuerzas y que se pueda ver una de las épocas en las que el nivel de los grandes está más parejo. Clásicos de poder a poder, sin ningún favorito claro.