Miércoles, ocho de tarde, con el Bernabéu luciendo una de las entradas más tristes de la temporada y con el Almería como sparring. El tiempo extraño y la Liga un poco más complicada con la exhibición del Barça el día anterior no ayudaron tampoco a crear grandes emociones. Por eso, la apatía se apoderó del equipo de Ancelotti, que saltó al césped con varias rotaciones.
El Almería había forzado la quinta amarilla de dos de sus futbolistas más importantes en el partido anterior porque venía a Madrid con pocas esperanzas de no perder. Por eso, no extrañaba que el Madrid fuera dueño y señor del partido desde el primer minuto, a pesar de su falta de ritmo.
El equipo no tiene ninguna circulación con Illarra en el centro y solo es capaz de romper líneas cuando James entra en juego. Cristiano mandó el balón al cuerpo de Rubén en la primera ocasión clara del encuentro. James lo había intentado antes con un cabezazo desviado y los blancos solo creaban peligro gracias a jugadas a balón parado que no terminaban de encontrar portería.
La intensidad del equipo era tan escasa que algunos pitos empezaban a sonar en la grada cuando se acercaba el descanso. Los futbolistas merengues parecían pensar que el partido terminaría cayendo de su lado por inercia gracias a la calidad de sus futbolistas y así fue. Sin mucho buscarlo, James se encontró un balón en la frontal del área y la empaló según caía para meterla por la mismísima escuadra. El público se volcó con él y los dos equipos fueron camino de los vestuarios con el gol psicológico en la cabeza.
Tras la reanudación, el Madrid no tardó en encontrarse el segundo gol en un accidente provocado por Kroos. El alemán sorprendió al entrar por banda derecha y llegar a línea de fondo, puso un pase atrás, con la suerte para su equipo de que Dos Santos terminó introduciendo el balón en su propia portería. Cristiano solo tenía que empujarla, pero estaba en fuera de juego.
Después, el Madrid se sintió con los deberes hechos y se dedicó a disfrutar del choque, aunque sin el empuje suficiente como para aplastar a un rival muy pobre. Chicharito mandó fuera por poco un servicio de Cristiano al que no supo darle la dirección correcta. Asimismo, el público volvió a pitar al luso porque consideró que fue egoísta al disparar en una ocasión en la que el delantero de moda en el Real Madrid le ofrecía un desmarque.
James se marchó entre aplausos e Illarra recibió al ser sustituido más pitos de una grada, que tampoco le apoyo en absoluto durante el partido. Finalmente, Arbeloa aprovechó un gran servicio de Chicharito para empujar el balón a gol. El lateral está este año en plan goleador.
En resumen, el Madrid estuvo firme, pero sin demasiadas ganas de gastar fuerzas innecesarias en una jornada de trámite. Illarra demostró nuevamente que no es un jugador para el Real Madrid y James se coronó por enésima vez. Odegaard calentó en la banda del Bernabéu, pero finalmente no llegó a debutar porque Ancelotti se tomó el partido muy en serio.
REAL MADRID: Keylor Navas; Arbeloa, Varane (Nacho, min.87), Pepe, Coentrao; Illarramendi (Lucas Silva, min.65), Kroos, James (Isco, min.65); Jesé, Chicharito y Cristiano Ronaldo.
ALMERÍA: Rubén; Trujillo, Dubarbier, Mauro Dos Santos, Ximo Navarro; Edgar (Jonathan Zongo, min.58), Verza (Azeez, min.66), Mané, Thomas (Espinosa, min.62); Corona y Hemed.
Goles
1 – 0, min.44, James Rodríguez.
2 – 0, min.49, Dos Santos (pp).
3 – 0, min.84, Arbeloa.
Árbitro: Iglesias Villanueva (C.Gallego). Amonestó a Coentrao (min.75) por parte del Real Madrid; y a Sergio Ramos (min.80) y Marcelo (min.88) en el Almería.