domingo, noviembre 24, 2024
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El Madrid se olvida de la Liga

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Real Madrid y Valencia empataron (2-2) en un partido vibrante, férreo, duro, que no deja contento a ninguno de los dos equipos. Los de Chamartín se quedan a cuatro puntos del Barça, con seis en juego y necesitan un milagro para llevarse el título. El Valencia se olvida prácticamente de la tercera plaza, a espera de lo que haga el Atlético de Madrid este domingo.

El partido arrancó con un intento fallido de Arbeloa por sacar la pelota. El balón repelido calló a los pies de Alcacer que pegó a puerta para que Casillas despejara a córner. No habían pasado ni treinta segundos. De aquí en adelante el partido se tranquilizó y el Madrid intentó adueñarse del balón, el centro del campo que había dispuesto hoy Ancelotti sobre el césped (Kroos, James e Isco), era el idóneo para ese tipo de juego.

El Valencia con una defensa muy sólida, apenas dejaba a los blancos circular la pelota por el centro y las dos primeras ocasiones del Madrid llegaron por banda. Ronaldo y Bale pusieron dos bolas al centro del área pero no encontraron a ningún delantero merengue. Con el paso de los minutos el partido se calentó y el árbitro Clos Gómez hizo lo propio para que esto sucediera. Fue muy permisivo.

La primera ocasión clara del partido llegó a balón parado. Gareth Bale estrelló el balón en la escuadra tras una falta directa. El larguero retumbó literalmente y el Bernabéu se vino arriba. El entusiasmo del coliseo blanco empujo al equipo y los de Ancelotti se pusieron a atacar como jabatos. Tras un córner botado por James, los blancos estuvieron a punto de abrir el marcador. Pepe remató de cabeza y estrelló, otra vez, la bola en el larguero.

Pero la alegría se acabó rápidamente. En la siguiente jugada el Valencia dio la sorpresa y se adelantó en el marcador. Gayá centró una bola por la izquierda y Alcacer, el más pilló, se adelantó a un Pepe que todavía andaba pensando cómo había fallado la ocasión anterior. El nueve ‘ché’ puso su bota y adelantó a los de la ciudad del Turia.

Las ganas de ponerle fútbol al partido, de atacar del Madrid, parece que desaparecieron con el primer gol del Valencia. Diez minutos después, tras el saque de una falta, Javi Fuego entró por el área blanca como Pedro por su casa y puso el 2-0 en el marcador tras rematar solo de cabeza. La defensa del Madrid se quedó pasmada, como si todos se hubieran quedado mirando a Kroos, que en ese preciso momento había sido sustituido por unas molestias en la parte trasera del muslo. Illarramendi entró en su lugar.

Pasaron los minutos y el Madrid volvió en sí de nuevo. Gareth Bale sacó un zapatazo desde 30 metros que iba teledirigido a la escuadra. Diego Alves hizo el paradón de la noche y sin despejar la bola a córner.  Los de Ancelotti seguían y seguían con su peculiar asedio pero de nuevo se toparon con el palo. En esta ocasión fue Chicharito, tras una bonita triangulación con James y Bale. El Madrid se venía arriba y el gol se acercaba. Minutos después, en otro balón colgado, Otamendi, central del Valencia, arrolló a Bale y cometió penalti. Ronaldo, el máximo artillero blanco y el que más penaltis marca, falló ante el para-penaltis de la liga, Diego Alves que evitó el primero de los merengues.

En la segunda parte Ancelotti cambió a los dos laterales. Entraron Marcelo y Carvajal por Arbeloa y Coentrao, en un intento por darle más verticalidad al equipo por las bandas. Y arriba que se vinieron los blancos, que encadenaron dos córners consecutivos sin peligro para la portería de Diego Alves. Mientras tanto el Valencia se limitaba a mantener la bola y a buscar la falta para parar el partido.

El Madrid llegaba y llegaba pero el balón se chocaba una y otra vez con el portero brasileño, enorme esta noche, hasta que a la salida de un córner Pepe abrió por fin el marcador. Chamartín se vino arriba y de su mano, los jugadores.

Tras el gol del Madrid el partido se volvió loco, los dos equipos aumentaron en intensidad y el trabajo para el árbitro se hizo más duro. Los piques y los choques con violencia comenzaban a verse sobre el césped. Mientras tanto lo blancos a los suyo: buscar la portería ‘ché’ desesperadamente y así poder seguir a la estela del Barça. Los de Nuno Gomes, bien plantados atrás con Mustafi y Otamendi, no dejaban triangular con normalidad al Madrid, que se limitaba a intentar sacar petróleo de jugadas a balón parado. Las faltas y los córners, se sucedieron uno tras otro en esta segunda parte pero el gol no llegaba y el público se impacientaba.

La desesperación se apoderaba de las gradas (los futbolistas del Valencia perdieron mucho tiempo, arañaban segundos de cada jugada) y se la contagiaban a los jugadores que vestían de blanco. De hecho los hombres de Ancelotti empezaron a hacer más jugadas individuales, las combinadas quedaron en el olvido. ¿Y quién es el que más magia rebosa individualmente hablando en el Madrid? Francisco Alarcón que con un disparo desde la frontal colocó el empate en el marcador y el balón en la escuadra. Alves ni la olió.

Quedaban seis minutos de infarto en el Bernabéu, con un estruendo en las gradas que solo se escucha en las grandes noches. Los de Ancelotti se vinieron arriba y las jugadas de ataque se multiplicaron mientras que los de Nuno, a esperar y a intentar sacar tajada a la contra.  De aquí en adelante nada más reseñable. El Madrid se olvida prácticamente de una liga que ha peleado hasta el final y que salvo milagro (necesita que el Barça pinche en los dos partidos que quedan) tiene color blaugrana. Los aplausos al final del partido fueron merecidos y a buen seguro servirán para afrontar la vuelta de la Champions frente a la Juve con muchas más ganas.

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