Pocos deportistas españoles encarnan tan bien el prototipo de juguete roto como Juan Castaño Quirós. El exatacante brilló por su velocidad en Sporting, Tenerife y Zaragoza, para consiguió una fama en los años 90 que le llevó a la selección y al Mundial de Estados Unidos. El ‘Pichón de Roces’ tenía una vida envidiable mientras jugaba al fútbol, tanto que le costó mucho retirarse. No colgó las botas hasta los 36 años y llegó a jugar hasta en Preferente.
Después, no supo qué hacer sin el fútbol. Tenía problemas personales y familiares mientras jugaba, pero cuando dejó su profesión ya no pudo esquivarlos y todos se manifestaron a la vez. Tuvo una depresión muy fuerte en 2008 y terminó en la UCI por una sobredosis de fármacos. Después, pasó varios años en los que logró controlar su estado ánimo y parecía que había superado sus depresiones. Juanele llegó a reconocer que es bipolar, pero que durante su etapa profesional no se llegó a dar cuenta.
Sin embargo, otros sucesos le fueron sorprendiendo. Primero protagonizó una pelea en un bar, sin grandes daños. El juez le condenó a seis meses de prisión, que no hubiese cumplido si no hubiese cometido otro delito. En cambio, Juanele cometió un error que le costó muy caro. El exfutbolista rompió el retrovisor del coche de un directivo de una importante empresa asturiana, aunque muchos medios dijeron que pinchó una rueda. El exjugador se equivocó de vehículo porque en realidad quería romper el de su exmujer, ya que consideraba que el coche era suyo y se lo tenía que devolver. Los jueces valoraron que eso constituía una agresión a su exmujer y ordenaron su ingreso en prisión.
Separaciones complicadas
Pasó tres meses en una cárcel que él consideró “light”, en el módulo de respeto. Ese breve espacio de tiempo le llevó a reflexionar y pensó que nunca más volvería a estar encerrado. Lo que más le dolía entonces era que no podía hablar con su hija.
Más tarde, rehízo su vida en Gijón y todo parecía irle bien, pero volvieron a aparecer los desencuentros amorosos. Todo desembocó este martes en una supuesta agresión dantesca. Juanele acudió a la peluquería que regenta su exnovia armado con un bate de béisbol y la golpeó hasta que un cliente acudió en su ayuda y le arrebató el arma, mientras que una empleada le pegaba con una escoba.
Además, esto ha servido para destapar una ruptura tormentosa con su exnovia. Juanele había amenazado a la chica varias veces desde que ella decidiera romper la relación hace cuatro meses. «Estaba obsesionado con que volviera con él», aseguran fuentes cercanas a la pareja a La Nueva España. «Todos los que estamos alrededor de ella nos encontramos hartos, ya no podemos más, esto es la puntilla».
Hablan de un “acoso constante” que ha terminado con el hombre de 44 años detenido y con muchas posibilidades de volver a ingresar en prisión. Por suerte, la mujer pudo acudir por su propio pie al Hospital de Jove y solo tiene hematomas por todo el cuerpo. Juanele pasó la noche en el calabozo y está a la espera de la decisión del juez. El entorno del futbolista cree que el problema está en que tiene «una enfermedad mental y no toma la medicación”.