Boris Becker ganó su primer Wimbledon hace 30 años. Entonces tenía 17 años, pero ya dejaba entrever su gran carácter. Sin embargo, su forma de ver el tenis no casa con los tiempos actuales porque el deporte ha crecido mucho, al tiempo que ha perdido casi toda la naturalidad.
El alemán ejerce ahora de entrenador de Novak Djokovic en muchos torneos. Su trabajo es imprescindible para el serbio porque le ayuda mucho mentalmente, puesto que vivió más momentos de tensión cuando era jugador que el otro entrenador de ‘Nole’, Marian Vajda. Becker ejerce de psicólogo con el número uno, pero siente que en este momento no existen rivalidades interesantes.
Durante una charla con el periódico británico Telegraph, el rubio que se retiró a finales de los 90 opinó que los jugadores actuales juegan permanentemente con miedo a las sanciones y eso hace que el deporte pierda interés. Según él, se venden “amistades falsas”, pero en la mayoría de los casos la intensidad de la competición genera roces que impiden las relaciones idílicas.
De hecho, Becker reconoce que la relación de su pupilo con Federer dista mucho de lo están obligados a vender. “No se caen nada bien”, señaló sin reparos. Anteriormente, se había especulado mucho con que los dos tenistas estaban peleados, puesto que durante un partido en 2008 Federer mandó callar a la grada del serbio. Parecía que con el tiempo habían aprendido a aguantarse, pero queda claro que todo es siempre de cara a la galería.
¿Tiene Federer una imagen falsa?
Además, Boris Becker dejó entrever que Roger Federer tampoco le despierta ninguna simpatía. No se cree para nada la imagen de perfecto caballero que se ha creado. «Federer no puede ser tan bueno como aparenta».
Por todo eso, Boris Becker defiende que se retiren las sanciones para los tenistas que gritan o que discuten con sus oponentes en la pista. «Si tú verbalizas tu frustración hoy en día te puedes ir al vestuario con una multa de 10.000 o 20.000 dólares, incluso más».
Asimismo, el entrenador de Djokovic echa de menos los gritos de John McEnroe o Marat Safin porque les acercaban al público, mientras que ahora todos juegan atemorizados. «Eso hace que se repriman y no podamos conocer la verdadera personalidad de las estrellas», declaró Becker.
Por último, el hombre que tampoco fue capaz de ganar en Roland Garros en toda su carrera defendió que prescindir de las sanciones sería bueno desde el punto de vista económico. Se hablaría más de los tenistas en los informativos y las competiciones tendrían más patrocinadores porque ganarían «varios puntos de share».