Lionel Messi no jugó un mal partido en su estreno en la Copa América. El futbolista azulgrana solo llevaba cuatro días concentrado con ‘la Albiceleste’ cuando tuvo que disputar el Paraguay-Argentina y dio la talla. Sin embargo, el ‘10’ volvió a estar lejos del mejor futbolista del mundo que deslumbra con la camiseta culé.
Se ofreció siempre, pero solo fue capaz de marcar un gol desde el punto de penalti. Argentina jugó cuando él apareció, pero jugó muy poco. Además, Neymar demostró una vez más que es mucho más determinante a nivel de selecciones cuando sus compañeros le buscan como primera opción. Brasil tampoco brilló, pero el ‘11’ deslumbró en la oscuridad, algo que el futuro Balón de Oro 2015 no hizo.
Asimismo, Lionel Messi terminó el partido muy enfadado porque su equipo se dejó empatar, cuando tenía una ventaja de dos goles. Argentina sucumbió ante el empuje físico de los paraguayos y su estrella no apareció en los minutos finales. En cambio, los responsables de otorgar el MVP valoraron más su aportación al principio del choque y le nombraron MVP.
Según la radio chilena ADN, el premio iba a ser en un primer momento para Messi, pero el barcelonista lo rechazó porque tenía mucha “bronca”. Leo estaba tan enfadado que decidieron que lo mejor era que el reconocimiento recayera en el paraguayo Nelson Aedo Valdez, autor del primer gol de su selección, que lo aceptó con gusto.
No obstante, este tema viene de atrás. Messi pudo ser el mejor jugador del partido en un choque en el que nadie destacó, pero lo cierto es que los responsables de este tipo de distinciones suelen concederlas más por nombre que por sensaciones en partidos en los que nadie asombra. En el Mundial de Brasil, Messi se llevó el MVP porque el nivel medio de juego fue bajísimo y ganó un equipo coral. ‘La Pulga’ no fue el mejor, pero tampoco estaba claro a quién había que dárselo.
Sin embargo, las críticas que recibió entonces por aquel Balón de Oro del torneo le han hecho tomarse la vida con otra filosofía. El año pasado, Messi subió al palco abatido a recibir un premio que él mismo pensaba que no merecía, pero este año ha decidido rebelarse. No acepta un premio cuando no siente que no ha estado al 100%.