En muchas ocasiones, algunos futbolistas hacen la cama al entrenador para que venga otro que les deje hacer lo que quieren. Los presidentes suelen echar al técnico porque ese es el camino más fácil, pero en algunos casos la profesionalidad de las estrellas deja mucho que desear. Sin embargo, nunca un motín estuvo tan justificado como en el caso de las chicas del fútbol español, por mucho que desde la RFEF intenten desviar la atención del verdadero problema.
El fútbol femenino español da pena, pese a que cada vez son más las chicas que se interesan por este deporte, en contra del machismo imperante en la sociedad. El ‘deporte rey’ es en España una práctica ‘solo para hombres’, mientras que en países como Estados Unidos lo consideran un deporte principalmente femenino, como reconoce Verónica Boquete.
Se trata de un problema social, pero es evidente que los dirigentes del fútbol español consiguen que los daños se acrecienten, con sus actitudes inadmisibles. Por supuesto, el trabajo de Ignacio Quereda es indefendible desde todos los puntos de vista, pero eso importa bien poco en la Junta Directiva de la Federación.
“A ver quién hace de mujer y me pone el café”
Quereda es un hombre de Villar y al jefe no se le va a contradecir, y menos por unas mujeres que ‘no le interesan a nadie’. Por eso, llama la atención que, en el país que se ha convertido en referente del buen fútbol masculino en los últimos años, nadie tome ninguna medida en un equipo femenino que fracasó sistemáticamente en las fases de clasificación de Eurocopas y Mundiales desde 1997 hasta 2013.
La explicación de todo esto es clara y sencilla: Ignacio Quereda, que aparece como entrenador amateur en la web de la RFEF, es íntimo amigo de Ángel María Villar. El técnico de la selección lleva en el cargo desde 1988, el mismo año en el que el presidente de la Federación llegó al que hoy es su cortijo.
Desde entonces, la mayor afición de las españolas y el trabajo en los clubes de todo el mundo ha permitido que el nivel de la selección crezca dentro del desgobierno. Las técnicas de entrenamiento siguen siendo las mismas y Quereda es un hombre de 64 años que se empeña en no cambiar su visión del fútbol. Los vídeos de las rivales, los partidos de preparación y los viajes con antelación son tonterías. Tampoco se toma muy en serio a las mujeres deportistas, pero no lo reconoce públicamente porque gracias a ellas encontró un puesto de lujoso funcionario.
El panorama no mejora sin Quereda
Sin embargo, su jubilación puede ser cuestión de días porque Villar tendrá que capear de alguna manera el escándalo, una vez que las chicas se han plantado y aseguran que no acudirán a las llamadas del seleccionador, por muchas sanciones que les caigan. Hace unos años solucionó la papeleta sin volver a convocar a las jugadoras amotinadas, pero con la presión mediática actual eso es imposible, por lo que sus groserías y broncas caerán pronto en el olvido cuando llegue el siguiente, aunque las protagonistas siempre recordarán algunas de sus famosas frases célebres. “A ver quién hace de mujer y me pone el café”, les dijo en plena concentración.
Ni una mujer en la Junta Directiva
Quereda tendrá que marcharse y seguro que lo hace con una buena indemnización bajo el brazo, pero que las cosas cambien dentro de la Federación será mucho más difícil, puesto que Villar no está por la labor. El mandamás del fútbol patrio no está quiere invertir en algo a lo que no le ve rentabilidad, por mucho que el presupuesto de la RFEF sea de 111 millones de euros.
En este punto, las comparaciones son más odiosas que nunca, puesto que Costa Rica y Camerún (con presupuestos de 8 y 10 millones respectivamente) destinaron mejores medios a sus chicas para el Mundial de Canadá. Asimismo, las dietas de las futbolistas que representan a España son de 40 euros por día, mientras que las jugadoras de baloncesto ganan 300 euros por día. Algo tendrá que ver Villar en todo esto, a pesar de que su colega Quereda se encargue de decir que toda la responsabilidad es suya y que el presidente no tiene nada que ver.
Para empezar, Villar es el máximo responsable de que la RFEF sea la más machista del deporte español. El exjugador del Athletic no quiere que el CSD le controle sus cuentas, ni ninguna de las decisiones que tiene que tomar. Maneja al fútbol a su antojo y por eso rechaza todas las subvenciones que le ofrece el Estado, para que nadie tenga que controlar lo que ocurre con el dinero público. Por supuesto, las subvenciones al deporte femenino no son ninguna excepción para él.
EL CSD ofreció para el 2015 una subvención de 1,4 millones de euros para promover algunas actuaciones en el ámbito del deporte femenino, pero el también amigo de Javier Clemente se negó a colaborar. Para poder acceder a la subvención las federaciones tenían que colocar a tres mujeres o más dentro de su Junta Directiva y Villar no estaba dispuesto a pasar por ahí.
Temprado tampoco ayuda
De hecho, Villar no tiene a ninguna mujer dentro de la directiva de la federación, a pesar de que en clubes como el Llagostera o el Leganés confían mucho en las capacidades de sus presidentas. Por eso, otro hombre con dudosa sensibilidad con las mujeres deportistas ocupa el cargo de presidente del Comité Nacional de Fútbol Femenino de la Federación, cuando en otras federaciones es una mujer la que se encarga de defender los intereses de sus futbolistas.
Vicente Temprado escusa a Ignacio Quereda de todos sus errores, pero se atreve a criticar indirectamente los fallos puntuales de sus jugadoras, dejando entrever que la culpa de todo es suya. “Se están olvidando que si están ahí es gracias al trabajo que hemos hecho durante tantos años de manera desinteresada. Igual quieren una seleccionadora, una jefa de expedición …que sean todo mujeres«, dijo como si eso pudiese ser negativo.
Virginia Torrecilla, la última emigrante obligada
Por si fuera poco, la RFEF tiene que enfrentarse a una demanda en el que le solicitan una indemnización de dos millones de euros por incumplimiento de contrato. Seyer Gestión quería pagar 6,6 millones de euros por los derechos de las competiciones nacionales de fútbol femenino durante seis años, pero Villar y compañía decidieron en el último momento que lo mejor era omitir la oferta, cuando hasta ese momento GolT emitía los partidos sin dar ninguna contraprestación económica.
La RFEF pasó del tema porque tenía que asumir los costes de producción (0,5 millones por temporada) y dejó de ganar un dinero que se podría haber repartido entre las chicas. Por todas estas cosas, muchas futbolistas y técnicos de la Primera División ni siquiera cobrar por trabajar y viajar. La RFEF da becas a “mujeres líderes” para limpiar su imagen, pero ni siquiera sirven para maquillar la situación.
Los clubes de fútbol que tienen equipos femeninos destinan presupuestos ridículos a sus secciones, aunque algunos como el Atlético de Madrid funcionan con independencia y eso les da mayor margen. El Athletic y la Real Sociedad son de los pocos equipos que tramitan licencias profesionales para sus chicas, mientras que ni siquiera el Barcelona se escapa de la fuga de talentos. El sueldo medio de las futbolistas en España es de 1.000 euros y muchas tienen que compaginar el fútbol con otros trabajos, pero las grandes futbolistas se ven obligadas a emigrar para vivir mejor. La última ha sido Virginia Torrecilla que el año que viene defenderá la camiseta del Montpellier. Por suerte, las 23 del Mundial de Canadá han dado la cara por las casi 30.000 futbolistas con licencia de futbolista, para que en el futuro tengan los derechos que merecen. Dentro de unos años serán recordadas como heroínas por esto.