miércoles, noviembre 27, 2024
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Jackson Martínez estuvo a punto de perder los nervios por un incidente racista en Barajas

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Jackson Martínez tiene una sensación agridulce estos días. Esta triste porque quedó eliminado de la Copa América y su equipo no jugó como le habría gustado, pero es feliz porque ya puede hablar sin complejos de su futuro como jugador del Atlético de Madrid. “Espero tener el mismo éxito que tuvo Falcao en el Atlético, él fue un referente allí”, reconoció tras la eliminación de Colombia.

De hecho, ‘Cha-Cha-Cha' llega dispuesto a darlo todo por su nuevo equipo porque considera que le da más opciones de hacer cosas grandes. “Está todo listo. Por ahora iré a disfrutar de mi familia y luego viajaré a España para presentarme con mi nuevo club. Me entusiasma muchísimo este paso al Atlético de Madrid, lo asumo como un nuevo reto en mi carrera y ahora espero que las cosas me salgan muy bien allá. Iré con todo el compromiso de aportar para que el club siga en esta evolución”, declaró el delantero.

Además, Jackson aterrizará en el Calderón de la mejor manera, puesto que cuenta con todo el apoyo de su nuevo entrenador, Diego Pablo Simeone. “Tuve la oportunidad de saludarlo. Me deseó éxitos en lo que era la Copa América y que esperaba poder contar conmigo pronto».

Sin embargo, su regreso a España también le trae un recuerdo desagradable. En el 2009, año en el que debutó con su selección y jugaba en Independiente de Medellín, tuvo que contener sus nervios para no pelearse con un español en la zona de embarque del aeropuerto de Barajas.

«Yo estoy mirando hacia un lado y el señor que tenía delante puso su celular y su correa en mi bandeja sin que yo me diera cuenta. Entonces, al depositar yo mis cosas, el hombre agarra su celular y lo saca y me dice esta es mía, pero de mala manera. El hombre de seguridad que había en el control le dice que no hay problema en compartir la bandeja, a lo que el tipo responde: «Yo no comparto con negros», mirándome de reojo», cuenta el futbolista en una entrevista concedida a El Tiempo.

Asimismo, el ariete que lleva en Oporto desde el 2012, reconoce que le costó mantener la calma en ese momento. «Pienso que ahí Dios me dio un autocontrol que en otro tiempo no lo hubiera tenido», dijo el futbolista de 28 años, que entonces tenía 22 primaveras.

En cualquier caso, la carrera del colombiano le llevó varias veces por el mismo aeropuerto, sin más incidentes desagradables. El problema quedó en el olvido y el futbolista estaba como loco por jugar en España. Rechazó la oferta del Milan, pero parecía que el club 'rossonero' quería a un punta de 'la Cafetera' a toda costa. Bacca ya va camino del Calcio.

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