En su cuarta generación, el nuevo Kia Sportage presenta un diseño valiente y moderno, en el que los diseñadores han creado una sensación de fuerza y agilidad apreciable desde cualquier ángulo. El Sportage crea una armonía visual a partir de la tensión entre líneas afiladas y definidas con superficies suaves, que recuerda al contraste entre las formas lisas y afiladas en alguno de los más emblemáticos jets de combate.
El frontal del nuevo Sportage constituye el mayor cambio en el diseño del coche, donde los faros ya no están integrados con la parrilla, sino que se extienden hacia atrás sobre los bordes exteriores de un capó con más detalle y unos pasos de rueda más marcados. Reconocible inmediatamente como un Kia, la parrilla «tiger-nose» más baja y ancha del Sportage añade volumen a la mitad inferior del frontal, lo que se traduce en un aspecto más imponente y en una presencia que inspira estabilidad.
El nuevo Sportage se caracteriza por su perfil deportivo. Lateralmente, el nuevo Sportage mantiene la silueta extendida hacia atrás del anterior modelo, con una altura de techo que va disminuyendo ligeramente al acercarse a la parte trasera, un voladizo delantero más largo, uno trasero más corto y una batalla mayor. Las superficies suaves, unos pasos de rueda prominentes y líneas agudas dotan al Sportage de una imagen más dinámica y musculosa.
En la parte trasera, las formas y superficies horizontales enfatizan la anchura del coche y dan a este todocamino un aspecto más estable. Inspirado en el concept car de 2013 Kia Provo, los estilizados pilotos están unidos por una tira que recorre todo el ancho de la parte trasera, mientras que los intermitentes y las luces de marcha atrás quedan separadas y en una posición baja para dar mayor peso visual y una gran sensación de estabilidad en la mitad inferior del coche.
El estilo del nuevo Sportage lo ha dirigido el estudio de diseño europeo de Kia en Fráncfort, Alemania, con aportaciones de los otros centros que la marca posee en Namyang (Corea) e Irvine (California).